El niño que tuvo que ser rescatado este pasado lunes por la tarde con síntomas de ahogamiento de la playa de La Rábita, en la localidad de Albuñol, en la Costa de Granada, tras al parecer tragar mucha agua del mar continúa hospitalizado con pronóstico reservado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) Pediátrica del Materno Infantil del Virgen de las Nieves, en la capital granadina. Su estado es estable dentro de la gravedad, según han confirmado fuentes sanitarias.

Los hechos ocurrían este pasado lunes, cuando en torno a las 14:00 horas el servicio de Emergencias 112 Andalucía recibía varios avisos alertando del suceso. Algunos usuarios de la playa apuntan a este periódico que el menor, de unos 8 años, se encontraba en la orilla de la playa jugando cuando de repente varias personas empezaron a pedir ayuda porque el niño no respiraba.

Los primeros en acudir fueron dos policías fuera de servicio que se encontraban en la playa y que, tras comprobar que el menor no respondía y tenía dificultades respiratorias, lo sacaron a la arena para realizarle una reanimación cardiopulmonar. A las tareas de reanimación se incorporaba una médico que se encontraba también en la playa fuera de servicio. 

Finalmente, el menor expulsó agua por la boca y consiguió recobrar el conocimiento, aunque los testigos aseguran que seguía fuera de sí. Tras colocarlo en posición de seguridad, los bañistas alertaron a emergencias para solicitar a los servicios sanitarios. 

La Guardia Civil, cuyos agentes se trasladaron a la zona tras el aviso, indicaron al 112 que el niño presentaba síntomas de ahogamiento y requería de atención hospitalaria. El menor fue trasladado en un primer momento hasta el Hospital Universitario Poniente, en El Ejido (Almería), donde fue estabilizado. Después se le dio traslado hasta el Hospital Virgen de las Nieves de Granada, donde permanece ingresado desde esta tarde.

Por otro lado, varios testigos del suceso aseguraron a este periódico que uno de los socorristas que se encontraba en el lugar de los hechos tuvo que ser atendido al sufrir un desmayo "por la impresión de lo que estaba sucediendo", y apuntaron a que "si no fuese por la rápida intervención de los dos policías y la médico, posiblemente habría sucedido una desgracia".