Junta y Gobierno se reúnen para coordinar los planes de emergencia en caso de roturas de las presas de Béznar y Rules en la Costa de Granada
"El riesgo es prácticamente inexistente pero tenemos un plan para hacer frente a estos peligros", afirma el delegado Antonio Granados
Así suena la alarma de aviso a la población de la Costa de Granada en caso de rotura de las presas de Rules y Béznar
Representantes de la Junta de Andalucía y del Gobierno de España han mantenido una reunión para coordinar la implementación de los planes de emergencia de las presas de Béznar y Rules en caso de colapso o rotura de alguna de las dos o de ambas. Además, se ha realizado un ensayo con las sirenas de aviso a la población en caso de inundaciones derivadas de una catástrofe de este tipo.
Estos protocolos o planes de emergencia lo que tratan es de organizar los recursos humanos y materiales necesarios para el control de los factores de riesgo que puedan comprometer la seguridad de las presas y facilitan la puesta en disposición preventiva de los servicios y recursos que hayan de intervenir para la protección de la población en caso de rotura o avería grave. Al mismo tiempo, los planes posibilitan el que la población potencialmente afectada adopte las oportunas medidas de autoprotección.
El delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, Antonio Granados, como administración que gestiona la cuenca mediterránea de la comunidad, ha presidido este comité que busca la implantación de los planes de emergencia de ambos embalses, que forma parte del mismo sistema de presas, que se ha celebrado en la sede de Confederación en la localidad de Vélez de Benaudalla. A esta cita también han acudido representantes de las administraciones autonómica y central, así como de los ayuntamientos que podrían verse afectados por una hipotética rotura de las presas como el propio Vélez, al pie justo de la reserva de Rules, además de Los Guajares, Motril, Órgiva, El Pinar y Lanjarón.
El objetivo de la reunión, según ha explicado Granados, es la "coordinación de todas las administraciones para que cada una, en el ámbito de sus competencias, abordemos la prevención y traslademos un mensaje de seguridad a la población". El delegado ha asegurado que "aunque el riesgo de rotura es prácticamente inexistente, tenemos un plan para hacer frente a peligros derivados de un seísmo, erupción volcánica o cualquier otro riesgo extraordinario, para minimizar hipotéticos daños". Granados ha agradecido la asistencia a la reunión de la Administración central, de Protección Civil y de los ayuntamientos implicados, así como de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y Bomberos de la Costa.
Una gran ola
La presa de Rules es la que centra la atención de las autoridades. La construcción del pantano y de la autovía genera en la zona dinámicas geomorfológicas nuevas y han acelerado movimientos de tierras ya existentes en la zona. El área está sometida a monitorización continua por parte de los geólogos, que recientemente pusieron los focos en la ladera oeste de la presa de Rules, donde existe un riesgo que, "aunque poco probable" según los estudios, podría generar una "ruptura de ladera" que "generaría un colapso" con "consecuencias devastadoras para el embalse y alrededores".
Unos movimientos de tierras en esta falda de la montaña que además guardan, según estudios universitarios con datos a partir de mediciones satelitales, "una correlación entre la aceleración del movimiento de los deslizamientos rotacionales (los que se producen sobre una base 'acucharada') y los descensos del nivel de agua del embalse". Estas mediciones arrojan un desplazamiento de 45 milímetros anuales "mantenidos" en el tiempo, con movimientos máximos de 65. Es decir, en veinte años la ladera oeste del pantano de Rules se habría desplazado un metro y medio. "Y se espera que persistan". La mayoría de estos grandes desplazamientos se han localizado en la traza de la carretera N-323.
De ahí a que sean primordiales los planes de emergencia. Un colapso repentino de la ladera oeste de Rules por un "terremoto de gran magnitud" o un episodio de "lluvias intensas" causaría un desprendimiento "extemadamente grande" que arrastraría 14,7 millones de metros cúbicos de tierra hacia el interior del embalse. Esto podría provocar desde la ruptura de la presa a la generación de una ola de grandes dimensiones que hiciera que el agua rebasara la cota de coronación del dique de la presa. Aun así, insisten los expertos en que poco probable este escenario.
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