El Salo Orgullo llega para quedarse como un espacio de diversidad e identidad propia

Salobreña se llena de música, color, arte y diversidad con un nuevo concepto de festival que va mucho más allá de los conciertos

De la sorpresa de Vangoura al magnetismo de Putochinomaricón: el Salo Orgullo llena La Caleta de propuestas musicales de primer nivel

La Casa Azul lo llenó todo de magnetismo
La Casa Azul lo llenó todo de magnetismo / Alba Feixas

Hace solo unos años un grupo de personas decidieron juntarse para convertir un beach club al lado de la playa de Salobreña en el punto de encuentro donde poder expresarse y disfrutar libremente de la vida sin prejuicios ni etiquetas, tres años después el Salo Orgullo dio un salto exponencial para convertirse en el festival de referencia y con identidad propia, y por el que han pasado grandes nombres del panorama musical como Samantha Hudson, La Cendejas, Supremme Deluxe, La Casa Azul o Villano Antillano.

Pero antes de ello, las calles de la Villa se han convertido en todo un desfile de reivindicación necesario ante la mirada de algún que otro vecino que no terminaba de comprender lo que estaba pasando. "Salo Orgullo no es un festival de Orgullo más, es un espacio de libertad, de expresión que nace desde otro lugar, desde el sur, desde La luz y con el acento de Salobreña", comenzaba Álex Guirado, el artista murciano y maestro de ceremonias de todo el festival, un poco más tarde de lo esperado por el sol de justicia que hacía que más de uno se plantease eso de ponerse frente al escenario.

"En este pueblo pequeño entre el mar y la montaña, hemos decidido hacer algo muy grande: poner la diversidad en el centro justo, donde la tradición parecía no dejar espacio. Salobreña día tras día se transforma, a día de hoy celebra un Orgullo con sabor a sal, tal y como pudimos comprobar anoche en el concierto de La Caleta, con cercanía, con identidad propia, donde se celebra la cultura, la música, la diferencia y sobre todo un lugar de encuentro donde poder estar y dar voz con todo el cariño, al amor y a los derechos LGTBI que ni se discuten, ni se negocian", apuntaba Guirado.

Álex Guirado durante un momento de la noche
Álex Guirado durante un momento de la noche / Alba Feixas

Y es que como bien señalaba el Salo Orgullo es una fiesta, pero también un acto político, cultural y social, "una trinchera luminosa donde resistimos bailando. Una plataforma que visibiliza lo rural, lo periférico y lo que muchas veces queda invisible en esta apuesta valiente por un futuro más inclusivo, más consciente y más plural, y sobre todo más rural y costero".

Empieza la fiesta con la música de muñecas

Uno a uno los artistas fueron pasando por el escenario del Salo Orgullo, calentando los ánimos, de por sí bastante altos gracias a la incombustible Samantha Hudson y su música de muñecas. De Liturgia a Esta Ciudad ,Vodka Redbull, Hot (Gimme more) o Disforia, Hudson fue soltando su arsenal de canciones donde la provocación es parte del espectáculo.

Pero la artista tuvo también tiempo para reivindicar. "Estamos en el mes del Orgullo y una de las cosas que más lidiamos es la soledad y saber que va a ser de por vida. Pero dejadme que os diga que si cuando vais a bailar no hay alguien que salga con vosotras, es que aún no hay nadie que os siga el ritmo. Pero yo sí", apuntaba entre los gritos de los asistentes.

Samantha Hudson presentó su Música para muñecas
Samantha Hudson presentó su Música para muñecas / Alba Feixas

Después fue el turno de la sensibilidad en estado puro de Paula Cendejas que, tras varios problemas de sonido, que le llevó incluso a detener el espectáculo en la última canción -Paenamorar- después de varios cortes de audio, conquistó al público con canciones como Tatami u Omega.

Las horas fueron pasando y llegó el punto de Supremme Deluxe, más conocida entre los asistentes, entre otros motivos por formar parte del programa Drag Race. "Hoy también se celebra el Orgullo en Madrid, pero los de Salobreña fueron más rápidos y aquí que me he venido. Creo que es importante reivindicar en cuantos sitios mejor.... Aunque estemos de fiesta no podemos olvidar que esto es una reivindicación, que para atrás no volvemos ni para coger impulso, y quien nos quiera en los márgenes, no nos da la gana, no nos vamos a ir....", apuntaba.

Al filo de la medianoche, y cuando llegaba el turno de Guille Milkyway y La Casa Azul algo volvía a suceder sobre el escenario. El problema de sonido que La Cendejas sufrió en varias ocasiones hizo retrasar el inicio de los de No hay futuro o La Revolución Sexual. Apenas unos segundos después de comenzar con la primera canción, las pantallas y el escenario se vino a negro en hasta dos ocasiones. Milkyway trató de explicar que había dos cables encargados de llevar las tomas de corriente hasta el escenario y que era muy difícil que las dos diesen fallos, pero los dieron.

Supremme Deluxe durante la noche en el Salo Orgullo
Supremme Deluxe durante la noche en el Salo Orgullo / Alba Feixas

Una vez subsanado el fallo, ya sí, el indie pop de La Casa Azul hizo su magia y recorrió hasta el último rincón del Polideportivo municipal. "No me gusta dar discursos, pero me temo que la lucha por los derechos va a ser larga y complicada en los próximos años. Y lo más jodido es que después, si alguna vez en la vida se consigue ganar de manera definitiva, luego viene el amor y el sexo. Esa lucha a veces es más compleja que la otra", explicaba antes de dar paso a una de sus canciones.

Villano Antillano sobre el escenario
Villano Antillano sobre el escenario / Alba Feixas

Después llegaría Villano Antillano para demostrar porque está considerada como un referente dentro de la música.

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