El Covirán Granada termina agotado, y derrotado, en Andorra
Con un equipo de circunstancias, el Covirán Granada cosechó una nueva derrota en la Liga Endesa...y van nueve en diez jornadas. Cayó en Andorra por 86-81, en un partido en el que acusó la escasa rotación y llegó agotado al último cuarto.
El choque no pudo tener más condicionantes para los de Ramón Díaz. Uno de los dos últimos fichajes, Amida Brimah, no estuvo disponible debido a que, a llegar al hotel de Andorra, se tuvo que marchar de urgencia hasta Madrid para asistir al nacimiento de su hijo mediante cesárea. Un inconveniente más para los rojinegros, que tan solo tuvieron un pívot disponible, Babatunde Olumuyiwa, ante las bajas recientemente de Iván Aurrecoechea y Zach Hankins.
Con ese panorama y tan solo diez jugadores inscritos, el cuadro andorrano lo tuvo claro en el inicio: el objetivo era cargar el juego en el poste bajo. Con Artem Pustovyi como principal protagonista, le costó a ambos equipos anotar que no fuera desde los tiros libres. Pero Lluís Costa comenzó a entrar en juego y con cincos puntos consecutivos, triple incluido, le dio la primera ventaja a su equipo tras culminar un parcial 0-6. Los ocho primeros puntos de los locales fueron obra de Pustovyi. Olumuyiwa no quiso ser menos que su par en la zona y, con tres canastas seguidas, permitió al Covirán mandar en el marcador, aunque la ventaja no fue demasiada amplia.
Afortunadamente para el Covirán, las dos faltas del center ucraniano le dio algo de respiro a la defensa visitante, que no supo frenar al veterano jugador. Aunque en el juego cinco contra cinco costó anotar, todo lo que genera Bozic permitió encestar a cuentagotas e irse al final del cuarto con empate a 22 puntos, la mitad de ellos desde la línea de 6,75 por parte de los rojinegros. El pobre 14% en triples dejó claro que la fluidez en cancha delantera no era la mejor arma de los de Díaz.
El segundo periodo arrancó con un triple de Justin Mckoy que devolvió el dominio en el electrónico a los del Principado, pero William Howard anotó su primer triple como rojinegro respondido por otro de Kuric. Desde el banquillo, para evitar cargar de minutos a los jugadores más importantes, la rotación fue constante llegando a jugar Edu Durán y Pere Tomàs, que hasta esta décima jornada tenían un rol muy secundario.
El MoraBanc le endosó un parcial de 11-4 con el que logró la máxima renta, cinco puntos, que quedó en nada gracias a Luka Bozic y su verticalidad. Un parcial de 0-9 que culminó Lluís Costa con un triple, obligó a Joan Plaza a pedir tiempo muerto a 4:55 del descanso. Fueron los mejores minutos de los granadinos. Con un ‘Tunde’ muy acertado en ataque, que hizo un gran esfuerzo físico, la tercera falta de Pustovyi dio paso a una recta final del cuarto en el que la defensa en zona no estaba funcionando. Sin embargo, en pista delantera se movió mejor el balón, lo que ayudó a que Matt Thomas pudiera estar más liberado para lanzar, y eso siempre es una buena noticia para los granadinos.
Gracias a los tiros libres que tantas quejas generó en anteriores citas, nada menos que 21 en la primera mitad, el Covirán Granada se marchó a los vestuarios cinco puntos arriba (42-47). Y es que cuando se pisa con asiduidad e intensidad la zona y se domina el rebote ofensivo, los árbitros suelen pitar faltas. Así es el baloncesto. Cinco puntos gracias a un último triple de Thomas que permitió afrontar la segunda mitad con cierto margen.
Una reanudación que se inició, en los 30 primeros segundos, con la tercera falta personal de Lluís Costa y Luka Bozic, pero Ramón Díaz no los cambió. Shannon Evans comenzó a aparecer y cuando eso pasa, los rivales tiemblan pues se trata de un jugador que tiene mucho el balón en sus manos y no tiene miedo a asumir la responsabilidad. Stan Okoye y Evans, con dos triples consecutivos, permitieron al Andorra voltear el marcador y volver a ponerse por delante (59-56), obligando al técnico granadino a pedir tiempo muerto tras un parcial de 8-1.
Esto dio paso a un nuevo partido, con los locales muy cómodos en ataque y un Evansonfire (anotó 16 puntos en el cuarto). El Covirán, muy tocado, no supo frenar al exbase del Betis, Valencia o Joventut. Tan solo se pudo agarrar a la calidad de Bozic y Thomas, pero jugó muy precipitado sin necesidad alguna. Afortunadamente para los rojinegros, los de Plaza no lo aprovecharon, aunque sí se fueron al último periodo con una mínima renta de tres puntos (68-65).
En los diez minutos finales, Pons y Pustovyi pusieron la máxima hasta ese momento para los andorranos (73-65). El cansancio por la rotación tan corta del Covirán Granada comenzó a pasar factura. Bozic siguió a lo suyo tratando de mantener vivo a su equipo, pero era casi el único. Tanto que a cinco minutos del final, Ramón Díaz con nueve abajo y tras un parcial de 12-4, tuvo que parar el partido. No quería que su equipo bajara los brazos, pero el físico ya nos les daba. Los errores se sucedieron y el Andorra, que llegó a ir ganando de doce, terminó venciendo por 86-81 ante un rival exhausto que, no obstante, llegó a recortar la desventaja hasta los dos puntos en un último esfuerzo, pero una canasta de Evans, con Edu Durán en la pista defendiéndolo, terminó con las esperanzas granadinas y con el entrenador granadino descalificado por doble técnica tras una falta que, a su juicio, no le pitaron a Rousselle.
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