El Covirán Granada, ante una reestructuración obligada
Tras la marcha de Pablo Pin y el descenso, el club rojinegro cambiará su plantilla y cuerpo técnico casi por completo

Confirmada la marcha de Pablo Pin tras trece temporadas en el banquillo, su salida marcará el futuro del Covirán Granada. Y no solo por poner fin una etapa tan amplia y poco habitual en el mundo del baloncesto, sino porque Pin era algo más que un entrenador. Era el máximo responsable deportivo de la entidad rojinegra al ser también el que fichaba, junto a su cuerpo técnico y bajo las premisas marcadas por los directivos. Un dos por uno que ha quemado al técnico granadino y que hará que, seguramente, el club se vea obligado a fichar, además de a un entrenador, a un director deportivo. Una figura fundamental en el deporte en cualquier equipo, que es sinónimo de profesionalismo, pero que durante trece años ha estado centrada en una misma persona.
La estructura cambiará y lo primero será la contratación de un técnico de la confianza de la directiva que será la que marque las pautas económicas para configurar una plantilla competitiva que luche por regresar a la Liga Endesa, que debe ser el objetivo aunque no lo tendrá nada fácil. Sin duda, será una situación nueva para el Fundación CB Granada, pues la estabilidad en el banquillo y la continuidad de una base de jugadores ha sido la tónica durante los trece años de historia de la entidad. Aunque oficialmente no ha trascendido nada, se empiezan a escuchar nombres para ocupar el banquillo, que será la primera pieza sobre la construir un plantel que tendrá muchísimas novedades porque pocos seguirán, pese a que algunos jugadores tienen contrato.
La idea es construir el equipo en torno a Jonathan Rousselle, el veterano base francés que cumple su vinculación pero que se encuentra cómodo en Granada y es muy querido por la afición. Aunque Sergi García, Agustín Ubal y Elias Valtonen tienen contrato, tiene caché en la ACB, los dos primeros son nacionales y el finés es comunitario y lo normal es que no continúen. El que sí lo hará será Iván Aurrecoechea, jugador que ha demostrado su valía en Primera FEB pero al que la Liga Endesa se le queda grande.
A partir de ahí, con la excepción de Pere Tomàs, capitán y hombre importante en el vestuario, el resto harán las maletas aunque Giorgi Bezhanishvili no es descartable que pueda seguir siempre y cuando su salario sea acorde al presupuesto de un club que tendrá que bajar mucho el gasto en plantilla, como también lo hará en otros aspectos del día a día y los desplazamientos. Es lo que tiene un descenso, que hay que adaptarse a la nueva realidad. Se espera un verano con numerosas novedades en todos los estamentos del Covirán Granada, aunque se hará largo pues hasta el 26 de septiembre no arrancará la competición en la segunda categoría del baloncesto español. Una campaña distinta y sin la figura de Pablo Pin, el pegamento de un club que tendrá que reinventarse sin él.
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