Aplatanados por el Cierzo del Ebro
El Granada ejecuta un mal partido en Zaragoza y la caraja inicial rompe los esquemas de Abel · El tempranero tanto local varía un guión que estaba escrito de otra manera
El Granada dejó de ser un equipo el día menos indicado y en la plaza más inoportuna. Parecía que el fuerte Cierzo que soplaba ayer en Zaragoza acarajotó al equipo. Quizás el verdadero partido se vio en los primeros cinco minutos. El Granada salió fuerte y decidido, llevando el peso de las acciones y atacando. De ahí llegó la gran ocasión con el latigazo de Dani Benítez al larguero. Pero todo varió con el gol del Zaragoza, que se encontró de golpe con el partido que quería. Cerradas las líneas de pase y con una buena presión a medio campo, el Granada desapareció. A ello contribuyó un mal partido de Mikel Rico, al que se echó en falta en la conducción de balón, y la preocupante desaparición de Martins en la segunda parte. Desmadejado y largo, el Granada se vendió a alguna genialidad de Benítez, que tuvo dos palos y una ocasión evidente, y a la anárquica calidad de Franco Jara que creó problemas al Zaragoza. Sin apuros en defensa, la cuestión del medio campo ya es preocupante.
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