Para un futbolista no hay nada peor que ver los partidos desde el banquillo o la grada. Dani Benítez agredió a Clos Gómez el cinco de mayo y, desde entonces, ha tenido que ver los toros desde la barrera por la sanción de tres meses del Comité de Competición. El pasado miércoles ya debutó en Copa del Rey contra el Zaragoza y ayer volvió a jugar un partido de Liga en la que ha sido su casa las cuatro últimas temporadas, Los Cármenes. El '11' rojiblanco volvió a hacer gala de su espíritu aguerrido, acentuado por las ganas de volver a empezar, aunque aún le falta acomodarse del todo al esquema y un poco de rodaje.

En los primeros minutos Benítez jugo durante un rato de mediapunta. Esta variante fue un espejismo, ya que luego se pegó a la línea de cal de la banda izquierda, que es su hábitat natural. También le hizo la cobertura a Siqueira y presionó la salida de balón del Athletic cuando fue necesario, en un alarde de brío y compromiso. Porque si algo le sobra al mallorquín esta temporada es la ansia de salirse en Primera, tras su decepcionante debut el curso pasado en la máxima categoría.

Por encima del trabajo, lo que Anquela busca en Benítez es velocidad y un futbolista que surta de centros a los delanteros. En definitiva, una alternativa al anquilosado ataque rojiblanco. Y el extremo demostró por momentos que puede ser el hombre que busca el técnico jienense. No obstante, todavía está lejos de la mejor versión que conoce la afición granadinista, que es la sus dos primeras temporadas en el club.

Una buena internada suya por la banda en el primer minuto de la segunda parte casi acaba en gol, pero su impecable servicio a El Arabi lo desbarató el ariete franco-marroquí. Aparte de esta ocasión, Benítez no intervino en más en las jugadas peligrosas. Algunos centros y uno cuantos remates sin consecuencias fueron su aportación al ataque. Además, de ser el encargado de sacar las faltas y los saques de esquina. Benítez es el candidato a ser el especialista a balón parado del equipo, ya que Orellana sigue desaparecido en combate.

Benítez demostró que hay mimbres para pensar que puede ser el futbolista de otras temporadas. Con lo bueno y con lo malo. Ayer, el mallorquín genio y figura, volvió a ser levantisco y se enzarzó en disputas absurdas con los zagueros del Athletic. Asimismo, tuvo sus más y sus menos con Muñiz Fernández, al que protestó en más de una ocasión. Y es que como dijo Joe E. Brown a Jack Lemmon en 'Con faldas y a lo loco': "Nadie es perfecto".