Granada-athletic de Bilbao

La justicia pasa de largo (1-2)

  • El Granada no merece caer derrotado ante un Athletic que saca fruto a un polémico penalti. Aduriz se convierte en verdugo de los locales al marcar los dos goles de su equipo.

El mejor partido del Granada en su estadio no tuvo premio. El fútbol no fue justo ayer con Juan Antonio Anquela y los suyos. Pocos partidos se ha visto al conjunto rojiblanco buscar la portería rival con tanto ahínco. Pero le faltó fortuna y acierto. De haber ganado ayer al Athletic los ecos del choque irían encaminados a elogiar los cambios realizados por el técnico linarense en su once inicial y a la intensidad con la que sus pupilos respondieron a la petición realizada en la previa del enfrentamiento. En cambio, lo que quedará es que el Granada se mete en puestos de descenso a la conclusión de la décima jornada de competición. Y lo hace cuando menos lo ha merecido. La segunda parte protagonizada ayer por el cuadro granadino mereció más, mucho más.

Un penalti fue el primer causante de que se fuera al traste todo lo bueno que ayer propuso el cuadro rojiblanco. Muñiz Fernández vio falta donde casi nadie lo hizo y su decisión dejó demasiadas secuelas. No hay que desmerecer lo  realizado por el Athletic, que planteó un encuentro serio y que se mostró sólido en todas sus líneas. A diferencia de su anfitrión, sí tuvo recompensa.

Tras nueve jornadas de Liga, Anquela decidió 'revolucionar' un once que hasta ayer parecía repetirse una y otra vez salvo pequeños cambios obligados por las circunstancias. La vuelta de Dani Benítez dejó a Orellana en el banquillo y la presencia de Mainz y Diakhaté en el centro de la defensa fue la respuesta a las dudas generadas en la retaguardia durante los últimos partidos. Además, volvió Iriney tras redimir la pena que le fue impuesta.

Salió el Granada dispuesto a controlar el ritmo. Y lo hizo durante diez minutos. Solidez en centro del campo y movimiento continuo del balón. Benítez, dejándose caer hacia el centro, creó dudas en la defensa vasca. Suyo fue el primer disparo a portería del partido. Un lanzamiento de falta muy lejano que blocó Iraizoz sin problemas. Más peligro lo llevó Mikel Rico en una internada fulgurante, pero su centro no encontró un rematador que pusiese la guinda a la jugada.

Y lo que son las cosas. Una aparente llegada sin peligro de los bilbaínos 'degeneró' en una absurda y rigurosísima falta de Diakhaté sobre Aduriz. Lo malo es que fue dentro del área (si hubiera sido en la del rival del Real Madrid o el Barça la polémica estaría servida para toda la semana). El propio delantero centro del Athletic se encargó de engañar a Toño. Corría el minuto 11 y el decorado de la contienda cambió radicalmente.

Los de Bielsa empezaron a verse más cómodos. Se cerraron sobre su portería para buscar rápidos contragolpes. Los granadinistas estuvieron 'sonados' unos minutos. Recompusieron los ánimos... y se volvió a repetir la historia. Una falta chutada por Benítez desde el 'extrarradio' a las manos de Iraizoz fue el preludio del segundo tanto vasco. Nuevamente Aduriz fue el encargado de amargar la noche. El atacante recibió un balón en largo y, desde el borde del área, cruzó el balón ante un impotente Toño.

El mazazo fue contundente. Ni los jugadores ni los aficionados locales podían creerse lo que sucedía. El planteamiento y la actitud del Granada no merecían tan duro y, a todas luces, excesivo castigo. Ni aún así los rojiblancos se dejaron llevar. Pero faltaba el remate. Brahimi tuvo dos ocasiones: en una se topó con el meta vizcaíno y en la otra cruzó en exceso. También pudo ampliar su ventaja el cuadro visitante..., lo que hubiera sido demasiado.

Nada más reanudarse el partido, primer chasco. El Arabi degradó una gran jugada fabricada por Mikel Rico y Benítez. El mallorquín dio un pase de la muerte al marroquí, que no cumplió con su condición de delantero al enviar el balón al nuevo marcador.

Y poco después fue Brahimi el que no puso el colofón que mereció una increíble y trenzada jugada de ataque. Su remate se estrelló por fuera del poste izquierdo de la portería vasca. Eran los mejores minutos de los locales, que tuvieron premio en su enésimo disparo a puerta en apenas ocho minutos. El Arabi disparó desde la frontal. Iraizoz uso su granito de arena para que el balón se fuera al fondo de la red.

El Athletic no tardó en responder. Aduriz, quien si no, remató de cabeza al larguero. Y el partido se rompió con sucesivas ocasiones en una y otra portería. Los centros del campo de ambos conjuntos permitieron rápidas transiciones del balón, que fue de un lado a otro del campo con endiablada velocidad. Toño sacó un balón increíble a De Marcos e Iraizoz hizo lo propio a un remate de Siqueira.

En el último cuarto de hora Anquela sacó a toda su artillería al poner a Floro Flores e Ighalo sobre el césped. El italiano gozó de dos ocasiones, pero el resultado parecía que estaba ya escrito. El  nuevo marcador no registró más movimientos y los tres puntos volaron de Los Cármenes. De la dolorosa derrota, no obstante, se puede sacar buenas conclusiones. Si se juega como ayer habrá mejores resultados.

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