Campeones de muchos quilates

La final del cuadro masculino del Granada Open no concedió resquicio a la sorpresa. Se impuso la lógica y también la pareja número uno del mundo: la formada por Fernando Belasteguín y Pablo Lima. En dos sets (6-7 y 1-6), y apenas una hora y cincuenta y dos minutos, se deshicieron de los número dos: Paquito Navarro y un Sanyo Rodríguez poco inspirado. Eso sí, las mangas fueron el día y la noche. Porque si la primera se alargó todo lo posible, teniéndose que llegar al tie break para dirimir quién se apuntaba el primer tanto de la mañana; la segunda fue un visto y no visto. Triunfo relámpago para volver a ver una imagen que ya es un clásico, la del argentino y el brasileño recogiendo un título de campeones de un torneo del circuito.

Y es que parecen gestados para ganar. Pese a todo. Pese a haber practicado un juego más conservador y defensivo que algunos de sus rivales. O pese a quedarse muy cerca de la eliminación en semifinales y, sobre todo, en cuartos frente a Lamperti y Mieres. Bela y Lima son los mejores y lo demostraron en el momento de mayor exigencia del torneo, donde no les tembló el pulso cuando podían perderlo todo y no perdonaron cuando, en el segundo set, Sanyo se vino abajo.

En un primer asalto en el que nadie parecía dar el primer golpe en forma de break, fueron Bela y Lima quienes hicieron los honores con un puntazo que levantó al Palacio de sus asientos. La respuesta fue inmediata. En el siguiente juego eran Paquito y Sanyo los que cerraban en blanco la contra rotura. De no mutar nada a cambiar la disciplina de punto en saque. Al resto empezaba a sumar todo el mundo. Lo volvió a hacer la pareja argentino-brasileña, que también se apuntó el siguiente punto, pero replicaron puntuales el sevillano y el de San Luis con otro juego en banco que hicieron bueno en su saque y un nuevo break para hacer el 5-5.

A Sanyo le entraban hasta las más difíciles desde fuera de la pista para delirio de las más de 4.500 personas que se dieron cita en el Palacio. Ahí tuvieron el set. Máxime cuando remontaron un undécimo juego que tenían muy cuesta arriba para hacer el 6-5 que les dejaba a un punto del 1-0. Tras un intercambio de ventajas, Bela y Lima salieron airosos y consiguieron forzar el tie break, en el que se impusieron por 3-7.

Y ahí murió el partido, porque el segundo set bailó al son de la pareja número uno del ránking. La número dos se desvaneció. Especialmente Sanyo, que estaba irreconocible y comenzó a cometer errores no forzados mandando hasta siete pelotas fáciles a la red, el cristal o directamente fuera. El desenlace es perfectamente conocido por todos. Otra vez.