El Granada seduce a la Bella Easo (2-2)

Liga bbva

Un gol de Recio en el descuento otorga a los de Alcaraz un punto muy importante que pone la salvación a tiro. Los rojiblancos saben sufrir durante muchos minutos antes de sorprender a una gran Real Sociedad

Pablo Quílez

San sebastián, 13 de mayo 2013 - 23:45

Un punto de muchos quilates. Un gol de Recio en el descuento dio al Granada un valioso empate en Anoeta ante una inmensa Real Sociedad. Tal como había ido la jornada, los de Lucas Alcaraz buscaban el tiro de gracia al descenso. No lo consiguieron en forma de victoria, pero con la igualada sí mandaron un aviso claro a sus rivales directos de que están en una dinámica expansiva. Ninguno de los equipos que luchan junto a los rojiblancos por la permanencia contaba con el 2-2 final.

El resultado fue justo. También lo hubiera sido una victoria local. Y por lo que se vio en los últimos minutos, nadie se habría sorprendido si los tres puntos hubieran volado de San Sebastián. El mérito de los granadinistas fue llegar al tramo final con el marcador apretado (2-1). Fue entonces cuando descargaron toda su artillería. En apenas diez minutos gozaron de ocasiones, varias claras y alguna, clarísima. Y cuando más de un rojiblanco estaba a punto de cortarse las venas ante tanto perdón llegó el delirio, Recio metió un pie providencial en medio de la espesura para marcar un gol que, sin duda, elevará la confianza del equipo hasta el infinito y más allá.

Antes, durante casi 80 minutos, fueron los de Montanier los que impusieron su ley y, sobre todo, un fútbol vistoso y efectivo que ennoblece este deporte. Los donostiarras se adelantaron pronto, pero tuvieron una pronta contestación por mediación de El Arabi. Justo antes del descanso los locales pusieron el partido de cara, pero tras el intermedio no lo mataron. Y lo pagaron.

En un choque señalado para salir a amarrar, fue anecdótico que el Granada fuera el primero en visitar el área contraria. Siqueira, sin ángulo, ni asustó. Poco a poco los donostiarras empezaron a imponer un ritmo machacón en el campo rojiblanco. Tras un par de saques de esquina, fue en una falta desde la derecha cuando se adelantaron. Apenas habían transcurrido nueve minutos. El Chory Castro botó la infracción y Agirretxe, en fuera de juego, cabeceó al fondo de la red.

Toda la planificación se desbarató muy pronto. Aunque no por mucho tiempo. Apenas cinco minutos después empató el Granada. Un chut desviado de Torje desde la frontal rebotó en un defensa blanquiazul. El esférico le cayó a El Arabi, que no perdonó con un tiro cruzado. La respuesta de los de Alcaraz fue fulminante.

Tras el empate, vuelta a la realidad ante un anfitrión empeñado a demostrar su superioridad. Los rojiblancos fueron obligados a retroceder ante la velocidad de movimientos, empuje e intensidad de los realistas. El balón se instaló en el campo de los visitantes, que pasaron unos minutos sin apenas poder montar un conato de contragolpe. Traspasar la línea del medio campo se convirtió, por momentos, en todo un reto.

Sobre la media hora, los guipuzcoanos parecieron aminorar el ritmo, pero casi siempre con el dominio del balón, al que hacían circular de forma continua.

El Granada parecía esperar su momento sobre la base de un buen trabajo de retaguardia. Y desde atrás surgió una ocasión. En una contra Brahimi avanzó hasta el borde del área, desde donde cruzó en exceso (36'). Y cuando parecía que los visitantes se habían asentado en defensa, los de Montanier apretaron de lo lindo. Grizmann lo intentó desde la frontal, pero su disparo se topó con Mainz. Luego fue Vela el que hizo intervenir a Roberto. Y a trascartón, el jarro de agua fría. Los rojiblancos fueron sorprendidos por un veloz cambio de juego hacia la banda izquierda. Desde ahí centró Vela para que Agirretxe, con el pecho, marcara su segundo gol. El objetivo de llegar al descanso en igualdad se fue al traste en el último suspiro.

En la reanudación, Alcaraz se vio obligado a que Angulo supliera a un renqueante Siqueira. En cuanto el esférico volvió a ponerse en juego, la Real Sociedad puso sobre el tapete su intención de sentenciar cuanto antes para evitar la sorpresa que se produjo al final. Hasta un par de llegadas con peligro protagonizaron los donostiarras en los primeros minutos.

El Granada dio la impresión de que se había quedado ensimismado ante el juego de sus anfitriones, que movían el balón a su antojo. Y a su antojo lo puso el Chory Castro en el borde del área para que Agirretxe (¡vaya suplicio para los defensores rojiblancos!) controlara entre dos rivales. El poste evitó el hat trick del guipuzcoano (55'). En pleno control donostiarra, Alcaraz intentó dar otro aire con la entrada de Aranda en lugar de un desaparecido Torje. Definitivamente lo dio cuando sustituyó a El Arabi por Buonanotte. El argentino volteó la veleta que marcaba la dirección del viento.

Mientras se mantuvo el 2-1 el Granada tenía esperanzas de sorprender en una jugada aislada. No podía ser de otra manera. Y la tuvo. En una falta en la esquina del área vasca se ejerció la estrategia. Nolito pasó a Aranda, que de primeras se la puso a El Arabi, al que le faltó explosividad para imponer el silencio en Anoeta (66'). Cinco minutos después fue el propio Nolito el que asustó a los de Montanier con un impresionante disparo al que respondió Bravo con una inmensa parada.

El Granada, consciente de que los guarismos en la derrota era lo de menos, abrió sus líneas. Ello propició una nueva ocasión local. Vela llegó por el centro a un balón colgado por Agirretxe. El palo salvó por segunda vez a los visitantes (75').

A continuación el encuentro se rompió. El Granada se lanzó al ataque a pecho descubierto ante un anfitrión extenuado. Bravo tuvo que intervenir ante Brahimi (78'). Buonanotte no encontró puerta por poco (79'). Con el cambio de decorado fue la Real Sociedad la que empezó a buscar la contra. Una de ellas acabó con un paradón de Roberto a un remate en plancha de Estrada (85').

Fue un espejismo, porque en los últimos minutos el Granada avasalló. Nolito la tuvo a la salida de un córner, pero Bravo fue otra vez mucho portero (87'). A continuación el sanluqueño no llegó por muy poco a un centro de Nyom que, a su vez, casi sorprende a Bravo (89'). Y cuando a Alcaraz le iba a dar los siete males llegó el gol de Recio.

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