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Heroico Atlético

  • El equipo de Simeone aguanta el rodillo del Bayern y luego un gol de Griezmann lo lleva a la final de Milán

Dos momentos determinantes, un penalti parado por el esloveno Jan Oblak y una contra culminada por el francés Antoine Griezmann, lanzaron a un irreductible Atlético de Madrid a la final de la Liga de Campeones, con su reacción en el segundo tiempo, con todo sufrimiento el sufrimiento del mundo y con una derrota válida al fin y al cabo (2-1).

Otra gesta del conjunto rojiblanco, que demostró de nuevo mérito y cualidades indiscutibles: compite como nadie; corre más que nadie; no se rinde nunca; es un equipo insistente y potente, muy trabajado, pero también tiene jugadores de un talento individual indudable, como el que demostró su guardameta o sus delanteros en el contragolpe que supuso el 1-1.

Y una fe, un bloque y un entrenador extraordinarios. Ahí están sus títulos y su trayectoria, agrandada aún más con su billete para su segunda final de la máxima competición continental en dos años; la tercera de su historia, tras eliminar al Barcelona y al Bayern, dos de los conjuntos más poderosos y con más calidad de la actualidad, ambos doblegados por el Atlético.

Porque el equipo rojiblanco se superó de nuevo a sí mismo, desde una reacción rotunda. Cuando peor tenía el encuentro, igualada la eliminatoria desde el minuto 31 y sostenido instantes después por un penalti parado por Oblak, la reanudación fue otra historia. Otro ejercicio concreto y contundente del equipo rojiblanco.

La primera jugada, nada más sacar de centro, fue de intimidación del Bayern -a Fernando Torres se le abalanzaron cuatro futbolistas para la presión-, las siguientes fueron de tanteo entre ambos, con un par de tiros lejanos en cada portería, y después de acecho para la defensa del Atlético, agarrado entonces a su firmeza atrás.

Todo en un escenario imponente por la intensidad del partido, por el alto voltaje del cuadro alemán, por la tensión, por la batalla por cada pelota, por unas cuantas fricciones y por la amplitud y la posesión del conjunto local. No le importó en exceso al Atlético, que le concedió el balón, pero poco más en un rato. Sólo hubo una grieta en media hora en la retaguardia española, solventada por Oblak, agigantado de nuevo ante el polaco Lewandowski, sujetado al control y las ayudas del equipo madrileño, al que una jugada fortuita castigó con el 1-0: una falta lanzada por Xabi Alonso se le pasó entre las piernas al uruguayo Giménez despistando al meta.

Un encuentro de tal dimensión y un rival de tanto poder ofensivo no permiten ningún error. Ni una sola falta al borde del área, la que equilibró la eliminatoria en el minuto 31. Un golpe al que siguió otro impacto; un agarrón en el área de Giménez a Javi Martínez que el turco Çakir penalizó con penalti. Müller lo lanzó, Oblak, sensacional, lo paró y el Atlético sobrevivió.

Era el minuto 34, un momento decisivo y un partido estresante para el conjunto rojiblanco, porque el Atlético sufría desde su nula salida ofensiva. No se estiraba hacia el campo contrario, con toda la inquietud que eso conlleva, con el efecto rebote que causaba en el Bayern, de nuevo, una y otra vez, perfilado hacia su ataque.

Hasta el descanso, hasta que lo solucionó Simeone moviendo su banquillo con la entrada del belga Carrasco, más presente ya en terreno rival, por extensión menos apurado atrás, y revitalizado de la mejor forma, desde el gol, desde una pared entre Griezmann y Fernando Torres culminada con un zurdazo del internacional francés, en posición dudosa cuando recibió el pase final del madrileño.

Un contragolpe vertiginoso, una conexión estupenda entre ambos atacantes y más de media eliminatoria en el bolsillo. La final de Milán a la vista, cada vez más cerca, pero era sólo el minuto 53. Quedaba aún mucho por jugar y por ganar, pero el panorama ya era muy distinto. No llegaba tanto el Bayern, sí lo hacía el Atlético, pero la emoción llegó cuando Lewandowski remachaba un pase de cabeza de Arturo Vidal. Sufrir para ganar. No le quedaba otra al Atlético, que falló un penalti, también polémico de Javi Martínez por un derribó a Fernando Torres. La tranquilidad estaba en las botas de el de Fuenlabrada, pero Neuer, como antes Oblak, dio vida a los suyos y los de Simeone tuvieron que resistir dentro de su área encomendados a su portero para poner rumbo a Milán.

Bayern Múnich: Neuer; Lahm, Javi Martínez, Boateng, Alaba; Xabi Alonso, Vidal; Douglas Costa (Coman, 73'), Müller, Ribery; y Lewandowski. Atlético: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe Luis; Saúl Ñíguez, Gabi, Augusto Fernández (Carrasco, 46'), Koke (Savic, 93'); Griezmann (Thomas, 82') y Fernando Torres. Goles: 1-0 (31') Xabi Alonso. 1-1 (53') Griezmann. 2-1 (74') Lewandowski. Árbitro: Cüneyt Çakir (turco). Amonestó al visitante Giménez. Incidencias: Partido de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones disputado en el Allianz Arena de Múnich ante unos 75.000 espectadores, 2.800 de ellos seguidores del Atlético de Madrid.

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