Polideportivo

Holyfield versus homosexuales

  • Las declaraciones del ex boxeador menospreciando a los gays levantan ampollas en el mundo del deporte. "Un médico puede solucionarlo", aseguró el estadounidense.

Mientras el deporte da pasos pequeños pero firmes en la aceptación pública de la homosexualidad, estrellas como el ex boxeador Evander Holyfield demuestran lo difícil que es el camino. "Ser gay no es diferente a ser un discapacitado, porque un médico puede solucionar las dos cosas", dijo el estadounidense, ex campeón de los pesos pesados, el hombre al que Mike Tyson arrancó un trozo de oreja de un mordisco. Holyfield realizó hace días esos comentarios en el Gran Hermano británico para famosos, programa que el lunes emitió un comunicado en el que aseguraba haberlo reprendido.

Sus palabras, duras en un 2014 en el que la homosexualidad ha avanzado en el deporte casi tanto como en la música, el cine y la política, fueron contestadas con burlas y críticas en internet. "Es descorazonador continuar viendo la obstinada ignorancia de la gente de dentro y fuera del deporte", dijo Cyd Zeigler, que dirige junto a Jim Buzinski la web estadounidense outsports.com, especializada en noticias del deporte desde una perspectiva gay.

"Holyfield lanza esas ideas y las justifica como opinión, como los racistas que clamaban que las personas negras habían nacido con rabo", afirmó sobre el ex púgil. "La gente no puede seguir escondida detrás de la Biblia y la opinión cuando vomita un sinsentido con mala intención que ha conducido a muchas personas al suicidio durante generaciones", agregó Zeigler, que animó al ex boxeador a pasar tiempo con jóvenes de la comunidad LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) para "aprender la ausencia de opciones que tienen respecto a su orientación sexual". La web outsports.com se hizo eco de la noticia, cerrándola con un ataque al ex púgil que podría haberlo dejado KO: "Holyfield, defensor de lo que está bien y de lo que está mal, se ha casado tres veces y tiene 11 hijos de seis mujeres diferentes".

Holyfield no es la primera estrella del deporte -ni posiblemente la última- en avivar la homofobia en el deporte masculino, un inmenso reducto macho en el que pocos homosexuales han salido a la luz. Muchos deportistas -y cada vez más- defienden públicamente la libertad de la orientación sexual y apoyan la normalidad, pero no todos.

Durante la Eurocopa de 2012, Antonio Cassano, controvertido futbolista italiano, no estuvo entre ellos. "Espero que no haya homosexuales en el equipo. Si los hay, problema de ellos", dijo el delantero al responder a las preguntas sobre las palabras del presentador de televisión Alessandro Cecchi Paone, que dijo que había dos homosexuales y un bisexual en la selección azzurra.

El seleccionador que llevó a Brasil al cuarto título de campeón del mundo de fútbol, Carlos Alberto Parreira, aseguró en 2006 que en su opinión un jugador homosexual no sería nunca convocado para jugar con la canarinha. El asunto se llegó a convertir en arma arrojadiza en la lucha de egos entre dos de los más grandes del fútbol mundial. Maradona utilizó supuestas confesiones de Pelé de que se había iniciado en el sexo con hombres para desacreditar al brasileño como número uno mundial y minimizar de paso sus propios problemas con las drogas. "¿Por qué a Pelé, que debutó con un pibe, lo eligen como uno de los mejores deportistas del siglo y a mí, porque uso drogas, me dejan fuera?", comparó el argentino.

La pasada semana, el ex jugador de fútbol americano Chris Kluwe denunció que fue despedido de su equipo por su apoyo público al matrimonio homosexual, algo que negaron los Minnesota Vikings. Kluwe contó que Mike Priefer, coordinador de equipos de los Vikings, fue abiertamente hostil sobre su opinión. "En muchas ocasiones dijo que ardería en el infierno con los gays, y que la única verdad es Jesucristo y la Biblia", reveló el ex profesional, palabras que niega Priefer. Pese a todo, la tolerancia avanza, como se demostró en 2013 con las confesiones del baloncestista de la NBA Jason Collins, del futbolista estadounidense Robbie Rogers y del saltador británico de trampolín Tom Daley, bronce en Londres 2012.

Y pese a la incomprensión de Holyfield, también en el boxeo se normalizó la situación con la admisión pública del puertorriqueño Orlando Cruz, que peleó por convertirse en el primer púgil abiertamente homosexual de la historia en ser campeón del mundo.

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