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Increíble, pero cierto

  • El Club Baloncesto Granada consigue su primera victoria de la temporada ante el Estudiantes, que sigue sin ganar · El equipo entrenado por Trifón Poch remonta 17 puntos por los que perdía al descanso

De la nada al todo y del todo a la nada. Fue lo exhibido ayer por el Club Baloncesto Granada y el Estudiantes, respectivamente. Increíble, pero cierto. Eso sí, cayó la ansiada primera victoria de la temporada para el conjunto entrenado por un contrariado Trifón Poch. El técnico, a la conclusión del encuentro, no dudó en reprobar la actitud de sus jugadores durante los dos primeros cuartos. Sirva como dato que el cuadro nazarí cedía al descanso por 17 puntos de diferencia: 37-54.

El equipo visitante jugó como Pedro por su casa durante los dos primeros cuartos. No encontró oposición, ni debajo del tablero ni en el exterior.

En los primeros diez minutos de juego, el Estudiantes hizo bajo el aro 16 de los 25 que encestó, y seis desde más allá de la línea de 6,75. Todo un coladero.

Con ocho puntos de desventaja (17-25) se inició el segundo periodo. Nico Gianella animó a la reacción con un triple de salida, pero atrás los jugadores del CB Granada no estaban por la labor. Su apatía rayaba la desesperación y el conjunto madrileño no lo desaprovechó para encestar un parcial de 0-7 a su favor y situarse doce arriba en el marcador (20-32).

Gianella, de nuevo con un triple, cortó la sangría de forma momentánea. Los colegiales, con Germán Gabriel y Pancho Jasen posteando, elevaron su renta en el marcador (23-38, a 4'49'') entre los primeros silbidos de la afición granadina hacia su equipo.

Antes, a 6'54'' para el descanso, Trifón Poch había recurrido a Jesús Fernández para tratar de buscar un mínimo de intensidad defensiva en la pintura, pero sus compañeros insistieron en dar facilidades a los de enfrente. No vigilaron las líneas del pase y dejaron campar a sus anchas a los jugadores exteriores visitantes, que hicieron la goma ante los arreones del 'yo me lo guiso y yo me lo como' de alguno de los elementos del equipo granadino para, poco a poco, aumentar su renta hasta llevarla a 17 puntos al descanso.

El paso por los vestuarios tuvo que ser de espectáculo a tenor del enfado exteriorizado por Poch al final del partido. También por el cambio de actitud mostrado sobre el parqué por los jugadores del equipo granadino, tanto en defensa como en ataque. El pasotismo desapareció y se unió a que los rivales se creyeron haber cortado ya el bacalao y se relajaron en demasía. El parcial global del tercer cuarto lo dice casi todo: 17-7.

Robert Kurz, que se borró del partido ofensivamente en el segundo periodo, cogió las riendas adelante del CB Granada. Encestó cinco puntos consecutivos para situar a los suyos a tiro de doce (42-54).

Los del Ramiro de Maeztu no dieron una a derechas. Fallaron muchos lanzamientos librados y cometieron numerosos errores no forzados para ver como entre Kurz y Gianella cerraban un parcial de 16-4 que puso al conjunto granadino a sólo cinco de igualar el tanteador: 53-58.

Asselin y Jasen frenaron la avalancha local para entrar en los últimos diez minutos de juego con una renta de siete puntos a su favor (54-61).

Con Joe Ingles en la dirección del juego del CB Granada se inició el cuarto final. Coby Karl y Yaroslav Korolev salieron enchufados para colocar a su equipo un punto arriba en el tanteador con 7'33'' todavía por disputarse: 63-62.

El Estudiantes se bloqueó por completo, en el banquillo y en la pista, y la escuadra nazarí se creció notablemente empujada por la afición y sobre la base de una trabajada defensa zonal. Jon Stefansson cogió el testigo ofensivo y puso al CB Granada con cinco de ventaja (69-64) al aprovecharse del desorden atrás de los visitantes, principalmente por empeñarse en presionar la salida de balón en tres cuartos de pista.

Los colegiales madrileños se olvidaron por completo de realizar el juego que les llevó a estar con 17 puntos de ventaja en el marcador. Dejaron de jugar balones interiores, que tanto rédito les había dado hasta entonces, y se empeñaron en resolver desde más allá de las línea de 6,75 metros. El fruto, seis triples fallados para otorgar posesiones a los contrarios, que aprovecharon al contraataque o desde la línea de libres.

Un 2+1 anotado por Stefansson a falta de 1'50'' (74-70) supuso la puntilla para el Estudiantes, que no tuvo más recurso que encomendarse a un plúmbeo Oliver, que lo intentó a base de penetraciones y tiros libres. Sin embargo, no hay quinto malo y esta vez, ante la atónita mirada de la Demencia, los toreros fueron los jugadores del CB Granada.

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