Marcelinho contra la 'troupe' de Collet
De todos los músculos que utiliza un jugador del baloncesto, hay uno que decide más que ninguno: el cerebro. No es ningún secreto, aunque haya quien piense que todo está en los centímetros y los kilos. Y es que cuando se alude a selecciones como Francia o Brasil el análisis se suele centrar en el componente físico, pero pocas veces se repara en la habilidad mental de ciertos jugadores. Así, serán los detalles como la capacidad asistente de Diaw y el talento ofensivo de Batum o el juego de pick and roll brasileño los que puedan decantar la balanza de un lado u otro (18:00). Eso sí, es de esperar que con cuerpos marmóreos como los de Rudy Gobert y Nené Hilario, por citar, los voluntarios de la moqueta tendrán que salir más de una vez a secar el sudor de los intensos duelos.
Francia está ante el más difícil todavía. Un año después de conquistar Europa, los bleus llegan con una retahíla de bajas. A las consabidas ausencias de las estrellas Tony Parker, Noah y Nando de Colo, desde ayer hay que sumar la de Ian Mahimi, otro NBA que se cae de la lista. El de los Pacers se lesionó en un entrenamiento y su puesto lo ocupará el baskonista Kim Tillie. "Es duro, pero toca salir adelante" dijó un Vincent Collet que ha depositado el liderazgo de su equipo en Nico Batum "que tendrá el rol de finalizador de jugadas" y en el capitán Boris Diaw a quien su técnico le encomienda la tarea de "hacer jugar al resto del equipo con su visión de juego". La otra arma de los galos está en el hambre de jóvenes talentosos como Gubert, Lauvergne y Fournier que quieren dar su nombre a conocer. Una plantilla que a pesar de los pesares tiene en sus filas a cuatro hombres en la NBA y en la que solo Florent Pietrus y Mickaël Gelabale superan la treintena: "Tenemos jugadores sin mucha experiencia, pero esperamos que sepan ser rentables y eficaces", resumió Collet.
Como es costumbre en el 'Hexágono' los franceses mostraron sus respetos a su rival de hoy. Hay dos cosas de Brasil que escaman al combinado galo: la inquietud que produce siempre el debut en un campeonato de este tipo y, sobre todo, el temible juego interior de la canarinha. Sin Noah ni Mahimi, Collet va a tener que pensar muy bien la estrategia que va a utilizar para frenar al cuarteto Splitter, Varejao, Hilario y Hettsheimeir. Si al poder por dentro se le suma una buena dirección de un Marcelinho, que quizás por estar España ande muy motivado, el quebradero de cabeza va a ser aún mayor. Por su parte, Rubén Magnano tampoco se fía del poderío táctico de los equipos europeos. Pero en este grupo no hay sitio para dudar. Nadie quiere dejar al azar los futuros cruces y toca espabilarse desde el primer salto inicial.
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