Garbiñe Muguruza, cuarta favorita, accedió a la tercera ronda de Roland Garros, torneo en el que defiende título, tras ceder el primer set frente a Anett Kontaveit, a quien acabó derrotando por 6-7(4), 6-4 y 6-2 en dos horas y 8 minutos de partido.

Fue una victoria trabajada, fruto de la paciencia, de dejar que su oponente, una tenista de 21 años y número 53 del ranking WTA, fuera perdiendo la confianza en su tenis agresivo. Y la estrategia le dio resultado a Muguruza en su pista fetiche, la central de París, el escenario de su mayor éxito.

Durante un set y medio fue la estonia quien llevó la voz cantante, acumulando los golpes ganadores y sacando la peor versión de Muguruza en su temporada más irregular, en la que no ha levantado ningún trofeo.

La paciencia fue la clave del duelo. Garbiñe no se descompuso ni cuando en el primer set llegó a perder 5-2, y logró remontar hasta el juego de desempate, que finalmente cayó del lado de la estonia.

El empuje de Kontaveit prosiguió en el inicio del segundo set, en el que comenzó rompiendo el saque de Muguruza, que se afanó en limitar pérdidas hasta que se le acabó la gasolina a su rival.

En el sexto, Muguruza recuperó el saque, al tiempo que la confianza de su rival fue decreciendo. Así pues, la vigente campeona de Roland Garros mantuvo su servicio en el siguiente juego y cerró el set en el décimo.

El final fue un monólogo de la española, que se anotó los últimos cuatro juegos para cerrar el partido a la primera oportunidad que tuvo. Su próxima rival será Yulia Putintseva, quien venció a Johanna Larsson por 6-3, 1-6 y 6-3.