Cuando el algodón no engaña lo más mínimo

El Granada supera al rival en casi todos los apartados, pero se lleva el lastre de cuatro amarillas, algunas de las cuales acarrean sanción

Roberto le roba el balón a Uche, en una de las pocas ocasiones del Villareal en todo el partido.
Roberto le roba el balón a Uche, en una de las pocas ocasiones del Villareal en todo el partido.

09 de marzo 2014 - 05:02

Que el Granada fue ayer mejor que su rival y que cuajó uno de los mejores partidos, sino el mejor, de la temporada es un hecho que está fuera de toda discusión. Un encuentro completo, en el que el conjunto rojiblanco no sólo se llevó los tres puntos sino que además ganó en casi todas las facetas en las que hay que ser mejor que el otro para llevarse la victoria. Por ejemplo, disparó en once ocasiones, de las cuales cuatro fueron entre los palos, mientras que el Villareal lo hizo cinco veces, dos directos a portería, pero casi ninguno demasiado peligroso.

El de los disparos es el aspecto más evidente, pero hay otros que destacan como las llegadas al área. Al final fue empate a 18, pero en la primera parte el Granada pisó en 13 ocasiones el área villarealista. Si al final se igualó este apartado es porque el 'submarino' hizo tímidos esfuerzos por luchar el partido colgando balones a la olla cuando iba por debajo en la segunda parte.

Y si no que se lo digan a Roberto que vivió los noventa minutos más plácidos de lo que llevamos de curso. Ni siquiera el día de la goleada por 5-0 al Valladolid estuvo tan tranquilo. Robarle un balón a Uche al principio del partido y recoger un tiro manso de Pina al final fue su actuación. También es verdad que Asenjo aparte de coger la pelota dos veces de la portería y salir a por algunos centros no tuvo mucho más trabajo porque el Granada disparó casi siempre fuera de los tres palos.

Lo peor del partido fueron las tarjetas que mostró Muñiz Fernández. Cuatro recibió el Granada que, además, realizó 21 faltas por 16 del conjunto amarillo, fruto de la intensidad y la agresividad bien entendida con la que se tomaron los rojiblancos el choque. Lo malo es que de esas cuatro amonestaciones, las de Recio y Brahimi suponen la suspensión de ambos jugadores para el duelo contra el Getafe. Sin duda alguna, el único estropicio de un encuentro que fue como la seda desde los primeros minutos.

stats