El Covirán Granada barre de la pista al Bilbao Basket y hace historia en el Palacio de Deportes

El Covirán Granada ha aprovechado la ola del ascenso y sigue rindiendo a un gran nivel en su estreno en la ACB. El cuadro rojinegro se impuso al Bilbao Basket (99-84), que no había perdido aún, y logró la primera victoria de la temporada ante su afición, que disfrutó con el juego de su equipo que llegó a alcanzar los 20 puntos de renta en el último cuarto. El gran acierto desde el perímetro y la regularidad en todos los cuartos permitió alcanzar el tercer triunfo en cuatro jornadas.

Al igual que sucedió ante Manresa, el inicio de encuentro de los de Pablo Pin fue espectacular. Con personalidad y con una gran circulación del balón, a los de Jaume Ponsarnau les costó dos minutos anotar, lo que aprovecharon los locales para adquirir sus primeras ventajas. Alex Renfroe estrenó el electrónico con un triple, que repitió para subir al marcador, con la colaboración de Cristiano Felicio y Thomas Bropleh, un 10-4 que dejó claro que el buen inicio de temporada con dos triunfos no era casualidad.

Felicio ‘on fire’

Poco a poco, los vascos se fueron metiendo en el partido pero con Felicio haciendo mucho daño en la zona, el dominio en el marcador fue del Covirán. Jeff Withey asumió la responsabilidad y mantuvo vivo a su equipo ante un rival que comenzó a calentar la mano desde 6,75. Prince Ali, al que se le quiere renovar, respondió a la dirección deportiva con ocho puntos seguidos, dos triples y un mate en la cara de un rival, con el que los locales asustaron a los vizcaínos. En apenas seis minutos anotaron los rojinegros 19 puntos en un primer cuarto en el que les salió todo. Felicio se sentó en el banquillo y entró en pista Mamadou Niang, que está pletórico. El senegalés subió un punto la intensidad defensiva de su equipo, que siguió muy acertado desde el perímetro. Christian Díaz llevó la máxima renta hasta el momento, nueve puntos (27-18) una renta que se redujo a siete para finalizar los primeros minutos tras un gran espectáculo. El 83,3% de acierto en tiros de dos y el 62,5% en triples dejó claro quien mandó en el choque. Eso sí, las seis pérdidas impidieron una mayor renta.

Pero la tónica no cambió mucho tras el mínimo receso. Con Lluís Costa y Christian Díaz en pista, un triple del primero llevó a Ponsarnau a parar el choque diez abajo (32-22) a 8:04 del descanso. Y fue entonces cuando comenzó el festival desde el exterior por parte de ambos conjuntos. Pere Tomàs con dos triples seguidos, uno de ellos con 3+1, y otro de Costa para un extraordinario 9 de 15, lanzaron a su equipo en el electrónico. Sin embargo, Bilbao nunca se fue del partido. Adam Smith y Denzel Andersson cortaron la sangría. Faltaba Luke Maye, que también anotó de tres, para alcanzar los doce de ventaja (46-34). De esos 46 puntos, 30 llegaron desde más allá de 6,75. Un acierto que, obviamente, era muy difícil mantener como así ocurrió en la recta final del segundo parcial. Pin paró el choque a 3:59 del descanso pero, pese a las técnicas que recibieron los visitantes por flopping y a su técnico por protestar, un parcial final de 0-5 dejó el choque muy abierto de cara a la segunda mitad en la que todo hacía indicar que la tónica no sería la misma (53-48).

Un tercer cuarto arrancó con un nuevo triple tras varios intentos, esta vez de Bropleh, que se sumó así a la fiesta triplista, de la que abusaron los de Pin. Tiraron más del doble desde el perímetro que de dos (25 por 12), pese a los buenos porcentajes en los segundos. Poco a poco, ante el descenso del acierto, los vizcaínos fueron recortando la ventaja en contra hasta que Jeff Withey igualó con un mate la contienda a 56. El técnico granadino se vio obligado a parar el choque y ordenar el juego de su equipo, que fue bajando las prestaciones. Smith puso por delante al Bilbao Basket tras un parcial de 0-10 que Renfroe rompió con...sí, un triple que unido a un tiro libre de Felicio y otro triple más del veterano base norteamericano, devolvió la renta de cinco a los rojinegros (63-58).

Había partido, mucho partido. Felicio siguió a lo suyo, reboteando y anotando sobre todo de frente al aro. Maye, con un 2+1, y una bandeja de Ali tras robo, situó la ventaja de nuevo en doce puntos, obligando a Ponsarnau a frenar el ritmo de un Covirán que le endosó un parcial de 17-3. De nuevo se contaba con un margen en torno a la decena de puntos. Pero un nuevo arreón de los de Pin permitió alcanzar la quince, que se quedó en 14, para alegría de una afición que disfrutó con su equipo.

El festival

Restaban diez minutos y el reto era comprobar que lo sucedido ante Manresa fue accidente. Gracias a Niang se alcanzó la máxima diferencia del choque en el inicio del último cuarto, 16 puntos que había que saber administrar. Se rozó la veintena (89-70) a 6:41 del final. Ponsarnau ya no sabía qué hacer. De nuevo solicitó tiempo pero el Palacio era una caldera con su equipo. A la desesperada, los bilbaínos trataron de meterse en el partido en los últimos cinco minutos. Pero Cristiano Felicio, en una acción espectacular con un mate en la cara de un contrario, logró un 2+1 que terminó con las esperanzas de los visitantes.

De ahí al final, el Covirán Granada se lo pasó en grande y su afición aún más. Se hizo historia alcanzando la primera victoria como local en la Liga Endesa y había que celebrarlo por todo lo alto como así ocurrió. Mientras tanto, Ponsarnau pidió tiempo muerto a un segundo del final. Sí, como lee, con 15 abajo su equipo.