LEB Oro | Aro pasado

Ganar a domicilio, ¿una quimera para el Covirán Granada?

  • A los de Pablo Pin se les olvida ganar lejos del Palacio, algo que no logran desde octubre, allá en la cuarta jornada

El dominio del rebote es un factor que está haciendo que el Covirán no esté más abajo.

El dominio del rebote es un factor que está haciendo que el Covirán no esté más abajo. / Álex Cámara

Llegó la séptima derrota. Y lo hizo, de nuevo, lejos del Palacio de Deportes, algo que no es casualidad esta temporada en el conjunto que entrena Pablo Pin. Los datos en baloncesto suelen ser fríos y estos arrojan que de las seis salidas que los rojinegros han realizado, en tan sólo una se han llevado el triunfo. Fue ante el Real Canoe en la cuarta jornada, allá por el mes de octubre. Parece que a los nazaríes no se les da bien eso de viajar. Pero la realidad es que el Covirán, cuando juega a domicilio, no tiene término medio. O pierde por la mínima, como sucedió ante Huesca o el pasado sábado en Oviedo, o hace el ridículo como ocurrió en Almansa o Mallorca, donde cayeron derrotados por más de 20 puntos. Pero por encima de los resultados, las sensaciones que está mostrando no invitan al optimismo para ser un equipo regular.

A una del play off

La ventaja que están teniendo los de Pin es la tremenda igualdad que existe en la categoría. Con cinco triunfos y siete derrotas, se está a una victoria de entrar en la zona de play off que, visto lo visto, debe ser el objetivo de la temporada porque tener el factor cancha a favor en las eliminatorias se antoja, a día de hoy, una empresa harto complicada. Claro que si se quiere ver el vaso medio vacío, muchos dirán que se está a la misma distancia que del descenso, que marca el Oviedo.

Vista atrás

Si se mira al pasado, la situación de los rojinegros no varía mucho en relación a cómo estaban hace justo un año. Por aquel entonces, y tras la disputa de las doce primeras jornadas, como sucede en la actualidad, el Covirán tenía seis victorias y otras tantas derrotas. Eso sí, estaba noveno y, por tanto, en zona de play off. Pero era un recién ascendido, con una plantilla sin extranjeros y el nivel de exigencia era inferior al que a día de hoy tiene la entidad presidida por Óscar Fernández-Arenas.

De Cobos no está al nivel de otras temporadas en el Covirán Granada. De Cobos no está al nivel de otras temporadas en el Covirán Granada.

De Cobos no está al nivel de otras temporadas en el Covirán Granada. / Álex Cámara

Esta temporada se ha hecho una mayor apuesta, se mantuvo la base y se firmaron a dos foráneos, casualmente los dos máximos anotadores, pese a que seguramente estén jugando menos de lo que esperaban o le prometieron. No obstante, en tierras asturianas o en Almansa ambos fueron los que más minutos estuvieron en pista. Algo parece que está cambiando en la mente de Pin, amante de repartir el tiempo en el que todos sus jugadores están en cancha. Aun así, los resultados no están siendo los esperados y eso es un hecho evidente.

Duro calendario

Dicen que los buenos equipos lo demuestran en las grandes citas. Y en apenas catorce días, al Covirán le esperan tres citas que, de sacarlas adelante, pueden suponer un punto de inflexión en su trayectoria. El domingo llega al Palacio de Deportes el Chocolates Trapa Palencia (17:00 horas), tercer clasificado y a un triunfo del liderato. Posteriormente, se visitará la siempre complicada cancha de Alicante y para cerrar el año llegará a Granada el líder, el CBC Valladolid. La mejor noticia es que dos de dichas citas será en casa, donde el cuadro rojinegro es más sólido y continuo. No hay que ponerse en el peor escenario porque Pablo Pin cuenta con una plantilla de garantías para ganar a cualquiera pero para ello, todos tienen que aportar. Cuando ello sucede, todo es mucho más fácil y ejemplos a lo largo del presente curso hay unos cuantos.

Mejoras

Siempre se puede mejorar, pero en el caso del Covirán hay un aspecto clave que le está lastrando en este primer tercio de campeonato. Se trata de los porcentajes en tiros de campo. Un 41,1% que supone ser el cuarto peor de la LEB Oro tras Almansa, Canoe y Marín, equipos de la zona baja de la tabla clasificatoria. Afortunadamente para Pin y los suyos, el dominio del rebote les está salvando al gozar de más posesiones y, por tanto, más opciones de poder atacar. Son el equipo que mejor rebotea, una obsesión del técnico que ha conseguido que todos sus jugadores trabajen para mejorar una faceta clave en el juego. Ahora sólo cabe que las enchufen. Pin ya tiene otra obsesión para el 2020.

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