Covirán Granada-Real Valladolid | Crónica y resultado

El Covirán Granada arranca la segunda vuelta con una victoria lograda desde el 'barro'

  • El conjunto de Pablo Pin se impone al Valladolid gracias a su constancia y el trabajo defensivo en el último cuarto

  • A los rojinegros les costó distanciarse en el marcador en los tres primeros parciales

Niang atrapa un rebote ante la oposición de dos jugadores del Valladolid.

Niang atrapa un rebote ante la oposición de dos jugadores del Valladolid. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

No hay nada mejor para olvidar un varapalo que lograr un triunfo a base de compromiso y mucho trabajo. Eso fue lo que hizo el Covirán Granada ante el Real Valladolid, que opuso mucha resistencia pero que terminó sucumbiendo (89-75) ante el nivel defensivo que ofrecieron los rojinegros en el último cuarto, en el que demostraron que cuando bajan al barro, también tienen recursos, y no sólo ofensivos.

Avisó Pablo Pin que el cuadro pucelano jugaba a un alto ritmo y lo demostró desde el primer minuto. Los de Roberto González apuestan más por el talento individual que el trabajo colectivo, de ahí que sus sistemas de juego se basarán en correr, cuando se podía, y emplear pocos segundos en su ataque para lanzar. Un estilo que le salió bien en la primera mitad, en los que comenzaron mandando. Pero se encontró con un rival que estuvo acertado de cara al aro, lo que convirtió el choque en un constante intercambio de canastas en las que destacaron David Iriarte y Pere Tomàs por bando rojinegro y Sergio de la Fuente, Wintering y Raffington por parte visitante.

Igualdad

Los seis rebotes ofensivos de los de Pin los mantuvo en el choque, además de los triples de Tomàs. Tres fue la máxima renta que tuvo el Covirán por cuatro Valladolid, pero la tónica fue de mucha igualdad. Al término de los diez minutos el electrónico, que en la recta final del primer parcial se apagó una vez más -le queda poca vida ya y será sustituido gracias a la Copa del Rey- reflejó un 23-21.

Pippen y Germán

Poco cambió el choque en el segundo cuarto. El nivel anotador bajó gracias a que ambos conjuntos se aplicaron más en cancha trasera. La aparición de Kavion Pippen, sobrino del mítico jugador de los Chicago Bulls Scottie Pippen, generó muchos problemas. Seis puntos seguidos del pívot norteamericano evitaron que el Covirán se marchara en el marcador. Obtuvo una renta de cinco puntos (34-29) que duró lo que el técnico rival tardó en parar el choque a 5:05 del descanso. Pin también pidió tiempo muerto unos segundos después al observar detalles que no le gustaban del juego de su equipo.

Pero lejos de ampliar su ventaja, fue el Real Valladolid el que igualó la contienda (38-38). Germán Martínez tiró del carro pero no era suficiente para dominar con holgura. Los castellano-leoneses seguían a lo suyo, con ataques rápidos, sistemas pocos trabajados y mucha alegría en pista delantera, pero no le sirvió para irse a los vestuarios venciendo. Fueron los de Pablo Pin los que vencieron por tres puntos (42-39) y con todo por decidirse en la segunda mitad, esa que provocó la pasada jornada que los rojinegros cosecharan su segunda derrota del curso en el Palacio de Deportes. Los rojinegros echaron en falta los puntos de Lluís Costa, que no anotó y fue el único del plantel con un más/menos negativo. Al menos el banquillo funcionó pero había que mejorar en la reanudación.

La experiencia sirve de algo y los jugadores del Covirán quisieron demostrar que lo ocurrido ante Cáceres fue un accidente. De ahí que en el tercer parcial tiraran de uno de los recursos que más réditos les suele dar: el tiro exterior. Por dentro, Pippen era el amo de la zona y, bien ayudado por Berg, lideró a su equipo en ataque. Pero fue desde más allá de 6,75 cuando el Covirán logro distanciarse. Abrió la veda Lluís Costa con su primera canasta con un triple, a los que le siguieron dos de Pere Tomàs, uno de Thomas Bropleh y otro de Christian Díaz.

Niang va a más

Se llegó a alcanzar los nueve de renta (64-55). Con casi un 53%, estaba claro que era el arma que había que utilizar y supieron aprovecharla. Pero, además, Niang se reivindicó por dentro demostrando que está adquiriendo un nivel de confianza muy necesario para su equipo de cara a la segunda parte de la temporada. El senegalés dio equilibrio al juego de su equipo, que llegó a los últimos diez minutos seis arriba (67-61).

Hasta cinco jugadores superaron la barrera de los diez puntos y dos más la rozaron

Era el momento de romper el partido y los de Pin lo consiguieron con la aportación de la segunda unidad. Jugadores como Christian Díaz, Germán Martínez, Gatell o Ellisor le dieron ese punto de intensidad en defensa y además aportaron ante la canasta contraria. Costó superar la barrera psicológica de los diez puntos, logró que consiguió Germán con un triple que otorgó la máxima ventaja del duelo (83-71) hasta ese momento a 4:43 del final, lo que obligó a Roberto González a parar el choque.

Desatados

Pero no solucionó nada. El Covirán ya estaba desatado y eso que en el banquillo se encontraban jugadores como Tomàs, Bropleh o Costa. No hizo falta la aportación de sus tres mejores jugadores a nivel numérico para alcanzar el primer triunfo de la segunda vuelta, ganar confianza y afrontar los próximos tres encuentros, todos ellos a domicilio, mirando a sus rivales desde la zona alta de la tabla clasificatoria. Cáceres ya está muy lejos. Hasta marzo los aficionados no volverán a ver a su equipo en directo. Al menos lo disfrutaron.

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