La fiebre del pádel se padece en Granada

Las instalaciones municipales de este deporte en la capital de la provicia registran una ocupación media del 98%

Un momento de encuentro de pádel en las pistas del Club Sierra Nevada.
N. García · J. R. Olmos / Granada

24 de septiembre 2008 - 05:02

Son las seis de la tarde de un día cualquiera del mes de septiembre. Si no llueve, como ayer, todavía hace bastante calor a la sombra, pero a un grupo de personas eso les da igual. Son jugadores de pádel: corren detrás de la pelota para golpearla una y otra vez. Los puntos se eternizan y ellos lo agradecen, porque así no tienen que recoger las bolas cada dos por tres. Pequeños, grandes y mayores se divierten por igual en un deporte que no requiere de grandes capacidades físicas o técnicas.

"Lo mejor es que es un deporte muy fácil de aprender", afirma Jerónimo Cañas, entrenador de pádel en el Centro O2 Wellness Neptuno. "Con el pádel, rápidamente se coge un nivel suficiente para divertirse mientras juegas. En el tenis, en cambio, sí se necesita más tiempo para empezar a disfrutar de los puntos", agrega el preparador.

Cañas es de Argentina, uno de los países donde el pádel se extendió con más rapidez. Aunque, en realidad, este juego nació en Méjico en 1973 de la mano de Enrique Corcuera. "Entre 1984 y 1985, el pádel salió de Méjico y llegó a Marbella y Argentina", recuerda Cañas, quien añade que "mientras en Argentina creció muy rápidamente, en España se ha hecho popular de forma mucho más lenta".

Lo curioso del caso es que, en un par de años, el pádel ha crecido mucho más que en los veinte anteriores. "Es un deporte que está de moda", dice Armando Rodríguez, jefe de sección de programación y uso de instalaciones en el Patronato Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Granada. Hay que tener en cuenta que hace un año, ninguna instalación municipal contaba con pistas de pádel. Hoy hay diez.

"El problema del pádel, hasta hace poco, es que era un desconocido y se asociaba con la idea de que era para la élite de la sociedad", apunta Rodríguez que hace referencia a la clásica imagen de José María Aznar a finales de los años 90, cuando aún era presidente del Gobierno, jugando al pádel con su amigo Carlos Sáinz. "La gente se quedó con eso y no con la idea de lo realmente fácil que es jugar y el poco dinero que se necesita", subraya Armando Rodríguez, que estima que "una raqueta de pádel puede costar entre 40 y 50 euros".

Más que el precio, Jerónimo Cañas destaca del pádel que es un deporte "muy sociable", y lo argumenta diciendo: "Juegan dos contra dos y, sobre todo, es saludable y muy bueno para personas con sobrepeso, porque lo pueden practicar sin necesitar una gran condición física y se realiza un ejercicio completo".

Cañas comenta que las seis pistas del gimnasio O2 "casi siempre están ocupadas". De igual modo, asegura que "el pádel le gusta a todas las edades; se montan campamentos para los niños y muchos mayores y amas de casa van a clases".

Los datos del pádel también son llamativos en las pistas públicas. "Desde la apertura del Club Sierra Nevada, que cuenta con seis pistas, la ocupación por las tardes es de un 98 por ciento", asegura Armando Rodríguez.

Para que la afición por el pádel no decayera en los meses de verano, el Patronato estableció unos precios de promoción: 4,60 euros por el alquiler de una pista durante una hora sin necesidad de luz artificial, cuando ese coste llega a los 12 euros en invierno con luz artificial.

La fiebre por el pádel ha cambiado su imagen ante la sociedad en los últimos años. Ha dejado de ser un deporte de élite para convertirse en un juego al alcance de todos. Hasta en la lengua está cambiando: el término 'pádel' será incluido en la próxima edición del diccionario de la RAE.

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