granada B | EL EJIDO

De más a menos y, al final, empate

  • El Ejido hace trabajar en la segunda parte a un filial pujante en el inicio pero que fue frustrándose conforme pasaban los minutos

  • Los de Morilla se despiden de la Ciudad Deportiva este año con sensaciones agridulces

Ni las variantes en el centro del campo, ni las permutas de posición a lo largo del partido, ni tampoco los cambios sirvieron para que el Granada B consiguiera ayer perforar la portería del ex rojiblanco Cristian Arco. Eso sí, al menos mantuvo también la suya a cero y consiguió arrancar un empate valioso -o decepcionante, según se mire- ante un Ejido 2012 desbordado por el frenesí rojiblanco en la primera media hora pero clarividente una vez se asentó sobre el campo.

Si la sensación que este Granada B da es que funciona a rachas; como, por otra parte, casi todos los filiales; lo cierto es que los rojiblancos parecen haber entrado en una muy parecida a la de los albores de la temporada. La dinámica se presta a la comparación, y entre entonces y ahora existe un denominador común, la virtud de dejar casi siempre la portería a cero, y una mínima pero gran diferencia: un tanto a favor por partido. Después del cero a cero en el Colombino, y visto idéntico resultado ayer, cuesta no lamentar lo poco que le habría costado llevarse los tres puntos al zurrón al segundo equipo rojiblanco. En Huelva faltó mordiente y ayer argumentos.

El filial los tuvo en la primera media hora, donde acumuló llegadas al Arco rival. Después fue desvaneciéndose poco a poco. Casi de la nada pasó de dominar completamente la situación a ver cómo El Ejido le encerraba en su propia mitad del campo. Lo que parecían llegadas aisladas y sin demasiado peligro terminó convirtiéndose en una constante. También en los segundos cuarenta y cinco minutos, en los que el espejismo esta vez fue el arranque fulgurante del Granada B.

Dentro de lo que se sabía, la disponibilidad de futbolistas en condiciones de afrontar el envite ante los de Alberto González no fue mala del todo. Con Morillo descartado tras ser sustituido en Huelva antes del cuarto de hora de juego, a su 'casi' tocayo Morilla le quedaba la duda de si en el dique seco también le acompañarían David Grande y Juancho. Ambos estaban tocados, pero el colombiano terminó entrando en la segunda parte y el de Alcalá de Henares incluso jugó los noventa minutos. No en vano, ninguno de ellos tuvo presentó síntomas de molestias. Más bien todo lo contrario. Lucharon, se movieron, esprintaron y fueron al cuerpo a cuerpo. Especialmente Juancho, a quien el hambre por demostrar que puede tener asiento permanente en el once le perjudicó en cuanto a aceleración y ritmo excesivo se refiere.

Así pues, el entrenador sevillano del Granada B introdujo una variante interesante en el centro del campo. La vuelta de Estrada tras cumplir ciclo de tarjetas en Huelva ponía en tela de juicio la participación de Andrés García; que parece ser del gusto del míster. Por ello el primero pasó a ocupar la media punta, dejando vía libre al segundo para actuar en la demarcación de mediocentro. El problema, sin embargo, vino por el lado de su pareja en el doble pivote. Isi no desentonó pero volvió a no tener la chispa de otros días en lo concerniente al manejo de la sala de máquinas.

Curiosamente, algunas de sus funciones las desempeñó a la perfección Estrada, cumplidor en tres cuartos y solidario a la hora de colaborar en las tareas de transición. Las carencias del Granada B también se evidenciaron en la zona defensiva. Pablo Vázquez y Antonio Marín estuvieron seguros atrás, aunque no lo suficiente para tapar los agujeros que dejaba en el repliegue un mal Adri Castellano ni los fallos de marca puntuales de Fran Serrano. A todo ello hay que sumar la amenaza constante que fue Samu Corral en las inmediaciones del área local, o el desequilibrio de hombres como Carralero, Echu y, ya en la segunda mitad, Paco. También Javi Hernández dio balance y orden al juego de creación celeste.

La desesperación del filial ayer la resumió una imagen. Casi fue sustituido por Juancho y, en su camino, al banquillo tiró una botella de agua e hizo gestos de enfado. Porteriormente, Morilla aclaró que no era a causa del cambio en sí, sino de la impotencia e incapacidad experimentadas sobre el terreno de juego. y es que el propio Casi protagonizó las dos ocasiones más claras con diferencia de su equipo. En la primera, minuto 20, el gol pudo llegar por doble oportunidad. Estrada recibió largo y, solo ante Cristian, estrelló el esférico en el cuerpo del portero. El rechace lo recogió el albaceteño, que se perfiló para pegarle de fantasía y con mucha potencia. Habría sido un golazo si el cuero no hubiese echo sonar el vibrato del poste.

La segunda oportunidad del ariete llegó en un buen centro del Marín en el 65' al que no llegó por centímetros en el salto. De haber establecido contacto con el balón, éste habría acabado en el interior de la portería, pues el arquero celeste ya nada podía hacer. Pudo haber penalti en el salto, como pudo haberlo seis minutos más tarde en un lance entre Isi y Paco. No fue la única acción reclamada como pena máxima por los ejidenses. Hubo varias más. La más polémica de todas, una posible mano de Adri Castellano que ni trencilla ni juez de línea, apreciaron como tal.

Los cambios no mejoraron al Granada B. Más bien todo lo contrario. Si Juancho entró demasiado acelerado, Nacho Buil parecía no enterarse de qué iba la película. Perdido, desaparecido y contraproducente para su equipo. Jean Carlos, por su parte, en tierra de nadie. Y mientras los del Poniente llegando cada vez con más claridad. Echu tuvo dos en los estertores de la primera parte y una en el 76'. Samu Corral hasta tres claras que desbarató un espectacular Aarón; el mejor de los rojiblancos en la tarde de ayer. El 'B' sigue de momento en puestos de play off, condición que probablemente perderá hoy.

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