Guille Rubio es una voz autorizada en el banquillo del Covirán Granada. El pívot catalán compareció ante los medios de comunicación para analizar la situación deportiva del conjunto de Pablo Pin. El de Tarrasa reconoce que, tras las dos últimas derrotas, el vestuario “está fastidiado”. El veterano center, que niega que en el vestuario haya “grandes problemas”, apunta que “tenemos que estar unidos y pensar en el siguiente encuentro para sacarlo adelante que es lo que nos hace falta”.

Sin presión

Tras apuntar que “van a llegar los resultados y no tenemos que presionarnos de ninguna manera”, señaló que “después del año pasado, el listón está bastante alto aunque tras las primeras jornadas, parecía que el equipo iba como un tiro”. Pero también hizo autocrítica al declarar que “a pesar de los resultados, el público siempre ha estado con nosotros pero para que ellos estén enchufados, tenemos que darle cosas”. En la búsqueda de soluciones, considera que el problema que ha tenido el cuadro rojinegro ha sido, al margen de la anotación, “la concentración. Si tienes despistes y te meten un parcial, si encima te cuesta anotar, es más complicado ganar los partidos”.

El veterano pívot del Covirán considera que las derrotas han llegado contra rivales fuertes.

En la próxima jornada ante Orense no podrá actuar Sergio Olmos, que se encuentra lesionado, por lo que Rubio considera que “los que estamos, y con la ayuda de Joan Pardina en la posición de cuatro, nos tendremos que multiplicar para frenar a Darko Balaban, que es de lo mejor de la categoría”. Un conjunto gallego que cree que planteará un duelo “duro. Ellos se van a cerrar mucho para que nosotros tiremos desde fuera, y tratarán de jugar mucho cinco contra cinco para usar el bloqueo directo con Alvarado. Además, por dentro, emplearán a Balaban, que es el más resolutivo”.