Los lagartos muerden (1-0)

Le llaman el 'pupas', pero de un tiempo a esta parte los niños aficionados al Atlético de Madrid ya no le preguntarán a sus padres el por qué de ese mote. Hace unos años, con el partido 1-0 y en los minutos finales, seguro que el Granada hubiera empatado. Aunque sólo llevara un tiro a puerta en todo el partido. El equipo de Simeone tiene pinta de campeón porque sabe ganar los partidos, y eso es fundamental para lograr títulos. El Granada hizo un muy buen partido a nivel de seriedad, disposición e intención de sumar. Trató por todos los medios de hacer pestoso el juego al Atlético, pero a estos les da igual ocho que ochenta. Tener el balón o no es lo mismo. Ganan porque son buenos. Los granadinistas están un escalón por debajo de toda esa lucha. Encima tienen a Diego Costa. El de Lagarto es el espíritu del Atleti. Por mucho que Murillo le amargara, al final siempre aparece.

Alcaraz, que sigue sin tener mucho dónde elegir, tiró de lógica para componer el once titular. Irregular Dani Benítez, Ighalo recién salido de una lesión, Mainz sin ser el que era en otras temporadas desde hace muchas jornadas, Piti e Ilori arrastrando problemas físicos perennes... El único cambio fue devolverle la titularidad a Iturra, que volvía de cumplir sanción contra el Elche, en detrimento de Fatau. En el Atleti, el turco Turan, Insúa y el Cebolla salieron de inicio como novedades. El resto, unos tales Diego Costa, Villa, Diego Ribas...

Atlético y Granada fueron dos equipos reconocibles desde el principio. En pocos encuentros, los de Alcaraz han renunciado a lo que son. Ni contra los grandes. Un equipo que no se achanta y busca discutirle la pelota a su rival. Los de Simeone también fueron fieles al Cholo: pacientes e intensos. El Granada funcionaba de forma quirúrgica. Sólo la inseguridad de Coeff en el pase complicaba algunas situaciones de salida.

Primero avisó el Atlético en un pase profundo a la banda derecha a Juanfran, que centró y despejaron mal Roberto y Coeff. Arda, a puerta vacía aunque estorbado, lo tiró fuera (9'). El Granada pasó unos instantes de duda al sufrir ante la posesión y posición de los locales. La cuestión pasó a ser tema de pólvora, y ahí el Atleti tiene más. En el 20', la mejor acción de ataque colchonera acabó en botas de Arda Turan, que chutó muy desviado desde la frontal. Respondieron los de Alcaraz de forma similar. Iturra lanzó una contra en la que Riki condujo hasta el área y centró para forzar un córner (21').

La primera parte terminó por ser un juego de paciencia. El Granada se sentía cómodo con el balón (49 a 51% de posesión al descanso) y el Atlético también en su condición de contragolpeador. Tuvo tres goles el Granada antes de esto. Uno en un córner que cabeceó al segundo palo El Arabi y al que no llegó Coeff por poco (31'), otro en un trallazo con la zurda a fuera del marroquí, y una jugada individual de Brahimi que terminó con un chut del argelino desviado a saque de esquina por Courtois. El Atlético gozó de dos buenas. La primera acabó en las redes de Roberto pero el colegiado invalidó el tanto de Tiago por una falta previa de Godín a Brayan Angulo. La otra fue de Diego Costa, pero Murillo le ganó por velocidad y evitó el remate franco del lagartense.

Hubo tiempo hasta para reclamar dos penales en ambas áreas y por manos, una de Insúa y otra de Recio. De esos penaltis que incomprensiblemente unos árbitros pitan y otros no. Ayza lo habría hecho. A Martínez Munuera ni se le ocurrió la idea (0-0).

Ni Murillo, en primera instancia, ni Recio, que no esperaba el error, acertaron para adelantar al Granada nada más empezar la segunda parte a la salida de un córner (47'). La misma empezó con Alcaraz moviendo ficha. Dio entrada a Foulquier por un buen Angulo. Pesó la amarilla que vio en el primer tiempo y quiso evitar cualquier expulsión. Un cabezazo flojo de Insúa para Roberto inauguró el capítulo de ocasiones del Atlético (49').

El arranque del segundo acto no varió el camino iniciado por el Granada en el primero. Lo que pasa es que a este Atlético es bastante complicado sacarle de los partidos por muy bien que estés jugando. Mérito de un motivador como el Cholo Simeone. Así que con los de Lucas súper serios, sabiendo cubrir sus espaldas, con Diego Costa aburrido por Murillo y hasta un Coeff mejoradísimo en el corte, el Granada no remataba la faena y el Atleti podía hacerlo en cualquier momento. Conforme bajaba el nivel físico de los de blanco ayer, los problemas crecían. Al cuarto de hora de la reanudación, los del Manzanares ya mandaban en el juego.

En un córner absurdo concedido por Foulquier llegó el 1-0 del Atlético. Sosa lo botó de lujo, pierna derecha, con el balón abriéndose para un cabezazo de Diego Costa imposible para Roberto. El hispano-brasileño lo había avisado un minuto antes en una acción calcada pero desde el otro lado (63').

El Atlético no lo tenía claro, pese al gol, y tiró de manual para tratar de cerrar el partido. Entregó la pelota al Granada consciente de que los de Alcaraz se irían arriba y, así, castigar a la contra a un oponente cada vez más agotado. Juanfran hizo mucho daño por el lado derecho, donde defendía con muchas zozobras Foulquier.

Buonanotte entró por Riki para tratar de crearle problemas al Atlético entre líneas, pero nada. Un trallazo de Gabi con la diestra lo atajó en dos tiempos Roberto (75'). El partido estaba controlado por la filosofía 'cholista' de cabo a rabo.

Courtois fue un abonado más del Atlético en la segunda parte. El Granada no le dio ningún tipo de trabajo, ni aunque se tirara los diez últimos minutos de partido colgando balones. A veinte segundos del final atrapó su primer balón franco de ataque.

Demasiado rival, demasiado momento dulce del Atlético para un Granada limpito, aguerrido, pero poco más. Los de Alcaraz salen del Manzanares como del Bernabéu. Como un rival digno. Y ya está.