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Entre el milagro o la tragedia

  • El Granada se mide a un rival ya descendido al que está obligado a ganar para continuar agarrado a la categoría una semana más Sandoval no variará el once titular que ganó en Getafe

A 9 de mayo y después de sólo cinco victorias en 35 partidos, el corazón del Granada Club de Fútbol palpita. Mucho, muy fuerte, y podría bombear aún más si a eso de las seis de la tarde el equipo que dirige desde hace apenas una semana José Ramón Sandoval se ha hecho con el triunfo ante el Córdoba, que llega a Los Cármenes como equipo de Segunda. Es encomiable que, en semana y media que ha pasado desde la derrota contra el Espanyol, el equipo, el club y hasta la prensa y la afición hayan recorrido el camino desde la conciencia absoluta del descenso a la esperanza, casi dogmática, de fe, en que el Granada se va a mantener en la máxima categoría.

El declarado estado de optimismo en el granadinismo parece casi suicida. Tan pocas alegrías ha dado el equipo esta temporada, y todas tan alejadas en el tiempo que, para un triunfo que logra a la afición se le llenan las alforjas de alegría y esperanza. Las rocas de la zozobra del barco nazarí siguen peligrosamente cerca, con el calado agotado y raspando el coral, pero la victoria es una droga tan fuerte que, a estas alturas, pocos dudan de que el Granada hará lo que no ha hecho esta temporada: ganar dos partidos seguidos (y no digamos cuatro, que es lo que realmente tiene que conseguir el once rojiblanco para que las cuentas medio le salgan).

Los Cármenes se va a llenar. Ni contra el Barcelona o el Madrid en las últimas temporadas se ha colgado el cartel de 'no hay billetes' en el coloso del Zaidín. Esta tarde sí, lo que da medida de cómo de enganchada está la afición a lo que aún sigue pareciendo una quimera. El Granada tendrá el factor, en principio favorable, de tener detrás a todos los suyos apoyándole en un duelo trascendental. Si hace una semana se les dice que el equipo se iba a jugar parte de sus aspiraciones en casa y contra un Córdoba ya descendido, todos firman.

Ganar es la única condición para que al final de los noventa haya fiesta en Los Cármenes. No se concibe que, en el partido teóricamente más fácil de los que le quedan al Granada, no se sumen los tres puntos, fundamentales para seguir vivo en la lucha por la permanencia. Empatar no sirve, perder menos. Cualquiera de esos dos resultados tendría un efecto devastador en una grada llena.

Dos hombres encarnan la resurrección moral de este Granada: José Ramón Sandoval y Youssef El Arabi. El técnico, que debuta en casa, es el responsable de que exista esta ola de optimismo con el equipo por su arriesgada apuesta de aceptar el reto de salvar a los rojiblancos en apenas cinco partidos. Además, el madrileño ha sacado del ostracismo a El Arabi. Ha bastado hacerle ver que es importante para que marcara dos goles en Getafe. El encuentro del domingo pasado servirá como eje de referencia. Aunque en el Coliseum el Granada no jugara muy allá, al equipo y a la hinchada le sirve que tras el 1-1 no se deshilachara y que, además, volviera a marcar para ganar. Por eso, Sandoval no tiene pensado tocar el once inicial. Ni incluso la convocatoria. El único cambio, también sorprendente, es la entrada de Fran Rico por Robert Ibáñez. El valenciano se ha caído de la lista por decisión técnica, algo que chirría ya que es de los pocos jugadores con gol y desborde demostrado en el equipo. También se quedará en la grada Isaac Success, que ha pasado de ser la esperanza del equipo a ser irrelevante. Las lesiones vuelven a dejar sin jugar a Jeison Murillo y Adrián Colunga, dos sospechosos habituales en esta lista, además del argentino Emanuel Insúa.

El Córdoba, ya descendido, será tan peligroso como orgullo tenga y peso en el camino haya dejado tras consumar el descenso hace una semana. Además, al entrenador Romero le han crecido los enanos. Crespo no se ha recuperado de su lesión contra el Barça y Zuculini se rompió el jueves. Vendrá Florin, al que le motiva especialmente marcarle al Granada.

Con una 'calorina' que será sofocante, a las 16:00 horas empezará a rodar el balón. La antepenúltima bala del Granada para la permanencia se disparará en busca de una diana de color verdiblanco. Estadio lleno, trascendencia y drama para escribir el guión de un milagro o de una tragedia griega.

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