Salud Sin Fronteras
José Martínez Olmos
Corregir los sesgos
Javier Gálvez se dedica al mediofondo, pero también, a su manera, a saltar obstáculos. Luchador nato, ha superado lesiones y trabas burocráticas para, por méritos propios, estar entre los mejores de los 800 metros. Logró medalla en su primera participación en un Campeonato de España, en 2002. "Fue un salto muy grande, de estar en la media a lograr la mejor marca nacional de 800 metros", subraya este atleta. "En aquel Nacional competía por primera vez en una pista cubierta, y recuerdo que incluso me echaron de la calle. Le eché coraje y me clasifiqué para la final", recuerda Gálvez, que tomó nota de la experiencia para colocarse como una de las promesas más firmes del atletismo nacional en una modalidad en la que, precisamente, no es fácil destacar por la gran competencia que hay. "Fue algo que no me creía, no era consciente de lo que había hecho", relata Gálvez.
Después de tocar el cielo vino el batacazo. Un neumotórax le obligó a pasar por el quirófano en 2004, cuando ya estaba dentro del equipo nacional. "Una vez me dio en una concentración de la selección y me callé, pero en el día del reconocimiento médico me lo detectaron y me tuve que operar".
Regresó con más fuerza que nunca. "2006 fue el año bueno, fui al Andaluz absoluto, quedé tercero en el Encuentro Internacional júnior de Túnez, tercero en el Nacional de mi categoría y semifinalista en el absoluto", enumera Gálvez, que también corrió en el Mundial júnior de Pekín donde "me lo pasé como nunca".
Ese mismo año, en el Nacional promesa en pista cubierta, se colgó el bronce pese a perder la zapatilla en los primeros metros. "Se me cayó y pensé si me paraba o no. Seguí y quedé tercero".
Ahora, tras una temporada prácticamente sin competir por falta de un manager que se asegurara su presencia en los meetings y en la que centró sus esfuerzos en sus estudios de Audiovisual, Gálvez se plantea nuevos retos. "Esta temporada intentaré clasificarme para el Campeonato de Europa sub 23, además de hacerlo bien en el Nacional, que será muy complicado por la competencia que hay". Estos son sus objetivos para una campaña que, hace apenas un mes, no estaba nada clara. "Estuve a punto de dejar el atletismo, porque mi club, el Diputación de Córdoba, decidió dejar de competir en Liga y me vi sin equipo". Hasta que apareció el Murcia, con el que tendrá una nueva oportunidad de vadear obstáculos.
De eso sabe bastante Gálvez, que denuncia que durante dos años tuvo que acceder a la pista del Núñez Blanca "saltando por la puerta para entrenar porque no tenía carné".
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