Paco Mancebo tenía razón

Granada ha disfrutado durante todo el fin de semana del mejor ciclismo nacional y lo más destacado de su cantera. Tres días que culminaron este domingo con la última prueba en la que participaron los ciclistas elite-UCI, que hicieron las delicias de los amantes del deporte de las dos ruedas de la provincia. La Federación Española estableció un duro recorrido de 191,4 kilómetros en la prueba de ruta con hasta cinco subidas al puerto del Mirador de La Peza y dos a Blancares. Por si fuera poco, a ello se le sumó el intenso calor que tuvieron que soportar los ciclistas durante toda la jornada.

Habitualmente este tipo de carreras, de tantos kilómetros, suelen empezar antes pero la organización fijó las 14:00 horas el inicio de la prueba y eso hizo que el mérito de gran parte de los mejores profesionales del país fuera doble. Con unos 36 grados a la sombra, las empinadas cuestas de los distintos puertos que tuvieron que subir se hicieron todavía más complicadas si cabe. Ya en la salida neutralizada que se dio en el Paseo de la Bomba de la capital se pudo ver que la hidratación iba a ser clave a lo largo de toda la jornada.

Camino de la carretera de la Sierra, los ciclistas comenzaron a calentar y comenzar a tener buenas sensaciones sobre la bici ante lo que les esperaba. La afición granadina, una vez más, no faltó a la cita y, poco a poco, pese al intenso calor fue buscando un sitio en los puntos estratégicos de la ruta donde poder presenciar el esfuerzo de un pelotón que, con el paso de los kilómetros, se fue disgregando.

Ante la ausencia de Carlos Rodríguez, en plena preparación del Tour de Francia que comienza la próxima semana, el principal aliciente de los seguidores locales fue comprobar el estado físico de David Valero, que decidió participar en la prueba de ruta antes de que, a finales del mes de julio, afronte en casa el Nacional de su especialidad.

A lo largo del recorrido los hinchas buscaron las pocas zonas donde había sombras. Entre ellas, destacó el túnel de roca pasado el Mirador de La Peza, donde varios grupos encontraron cobijo para animar a los sufridos ciclistas que, debido a las constantes subidas y bajadas, se fueron quedando del pelotón hasta llegar a abandonar un total de 94, llegando a la línea de meta tan sólo 76.

En ambos lados de la carretera se pudo palpar quienes sueles acudir a este tipo de eventos y quien iban por primera vez. Sombrillas, sillas, mesas y neveras para pasar gran parte del día y la espera entre vuelta y vuelta era los elementos que llevaban los más preparados. El resto acudieron con lo justo y lo echaron en falta. Tampoco faltaron los jóvenes, y no tan jóvenes, que buscaron en forma de bidón un recuerdo de la prueba.

Los numerosos familiares que acompañaron a los ciclistas y que llegaron desde todas las partes del país, se dejaron ver por las rampas más duras, la ubicada en el municipio de Graena, que era breve pero del 20%, o el Puerto de Blancares.

Poco a poco, se fueron bajando de la bicicleta los ciclistas pero veteranos como Óscar Sevilla, el bastetano Valero o Paco Mancebo aguantaron el tipo, en especial el primero que casi siempre estuvo en cabeza. El granadino terminó el cuadragésimo primero, pero terminó. Cosa que Mancebo no pudo hacer. Y es que el experimentado ciclista ya se quejó en su momento del recorrido y con razón. La dureza y el calor hicieron estragos en Granada.