Fue una victoria por la mínima, engañosa por completo para alguien que no tuviera el placer de presenciar un partido en el que el Granada CF apabulló desde el principio a su rival. El resultado se quedó corto, demasiado estrecho para la diferencia sobre el terreno de juego que existió entre ambos equipos. El equipo rojiblanco lo bordó ante el Cartagena, realizó un futbol total, juego bonito, estrategia perfecta, superioridad aplastante y convicción en sus infinitas posibilidades cuando los jugadores creativos se asocian. Un partido en el que el público local disfrutó al máximo y sólo tuvo que lamentar que no se sucedieran más goles, porque merecimientos hubo de sobra.

Se rompió la mala racha de resultados. No se había ganado en las cinco jornadas anteriores, pese a que el juego había sido convincente en la mayor parte de esos encuentros. El equipo salió enchufado desde el comienzo, con un ritmo trepidante y en todo momento pasó por encima de su oponente. El Granada CF fue capaz de borrarlo del campo, practicando un juego espectacular, al toque, buscando los espacios y el desmarque, y no dejándole respirar. Un juego que enamoró y que demuestra que este equipo reúne mucho talento y trabajo táctico. La victoria debió ser muy abultada, pero tras perdonar tantas opciones para dejar el encuentro resuelto, se sufrió un poco en los instantes finales tras el tanto marcado por Toni Moral. Hubiera sido una injusticia a la vista de lo que se vio en el encuentro.

El conjunto granadino salió como un ciclón, mentalizado de que este partido no se podía escapar al estar enfrente un rival directo en la lucha por disputar las eliminatorias de ascenso. El Granada CF tomó la iniciativa desde los primeros minutos ante un Cartagena al que le iba bien el empate. El primer gol llegó tras una acción a balón parado. Abel Gómez lanzó desde la izquierda un balón en dirección al área, que pasó entre varios jugadores, hasta que Geijo, el más listo del área, metió una pierna derecha de espuela para anotar el tanto. Se lo dedicó con un mensaje debajo de su camiseta a Jonathan Espigares, el portero fallecido el pasado viernes, en un bonito gesto. No se conformó tras ese gol y siguió martirizando a su rival. No le dejó pensar, presionó para recuperar pronto el esférico, cerró los espacios y practicó un fútbol muy completo.

Dani Benítez estaba muy vigilado y eso lo aprovechó Siqueira para sorprender desde atrás. El mallorquín había aparecido más bien poco hasta ese momento y empezó a hacer de las suyas a la media hora. Pidió el esférico para lanzar de forma magistral una falta desde unos treinta metros. La colocó en la cruceta izquierda de la portería de Casilla. El rechace fue hacia Geijo, que con sangre fría le pegó raso para hacer el segundo. El partido se había encarrilado pronto. Íñigo López se hizo daño en una rodilla, pidió el cambio y de forma inteligente antes de irse forzó la quinta amarilla. El Cartagena estaba desesperado en ese instante ante lo que se le había venido encima. Juan Ignacio Martínez no esperó más y antes de llegar al descanso realizó un doble cambio. Quitó a Clavero e Iñaki Muñoz y dio entrada a Víctor y Lafuente. Dani Benítez tuvo el tercero. Geijo vio su desmarque, se la cedió y el balear levantó el balón de forma sutil por encima de Casilla, pero se encontró con el palo. Una acción preciosa. Después tuvo otra muy buena Geijo, que antes parecía haberse lesionado tras un encontronazo con Cygan. Se la levantó al portero de Cartagena y salió fuera. Dispuso de otra Mikel Rico, pero rechazó la defensa. La primera parte resultó espectacular.

El Cartagena salió dispuesto a tener más el balón en la segunda mitad, aunque no fue capaz de darle profundidad a su juego. Nyom aprovechó los espacios para subir mucho por la derecha con su habitual potencia. Se le presentó un mano a mano a Geijo tras un gran pase de Mikel Rico. Casillas acertó a rechazar su disparo. Otra más para el hispano-suizo, pero la cruzó en exceso. Orellana hizo diabluras en un palmo de terreno y se quedó sin ángulo para marcar. Llegó el gol de Toni Moral en la primera opción clara dentro del área para el Cartagena. Botelho se fue de Nyom y dio una buena asistencia.

El miedo se metió en el cuerpo. Se había perdonado mucho y los puntos no estaban asegurados del todo. Dani Benítez pudo setenciar tras una diagonal para disparar a portería. Remató otras dos veces y volvió a repeler Casilla. La última la tuvo Ighalo, pero no controló bien y no fue capaz de rematar.