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El trivote y la presencia de extremos mejoran al equipo

  • Caparrós opta por cambiar el sistema y le da buen resultado

Se mostraba inflexible el técnico Joaquín Caparrós a la hora de plantear un hipotético cambio de sistema. Pese a los buenos resultados del inicio de temporada, el habitual 1-4-4-2 del entrenador utrerano llevaba bastantes semanas sin dar resultados. Cambiaba de jugadores pero no de dibujo. Hasta esta semana. Contra el Sevilla en la Copa ya probó un tridente en la medular, un triángulo invertido con un único pivote defensivo y dos volantes por delante, secundados los tres por dos extremos y un único delantero.

El plantemiento, que es el usado por muchos equipos de Primera y fue el utilizado por Lucas Alcaraz la pasada temporada, fue repetido ayer ante la Real Sociedad. Es un 1-4-1-4-1, que puestos a ser meticulosos también se puede nombrar 1-4-3-3 o 1-4-5-1 -al gusto del observador o analista-, que trata de dotar al equipo de mayor poderío en la medular y mando en el partido. Ya advirtió Caparrós tras el choque ante el Sevilla de la posibilidad de repetir en Liga ese esquema. Y así fue.

al ritmo de márquez

No se puede decir que funcionara mal esa medular novedosa en el primer tiempo, pese a que algunas cosas salieron mejor que otras. Fran Rico demostró perfectamente que puede hacer el papel de pivote defensivo, aunque no atraviesa su mejor momento, pese a que parece ilógico que sea él quien está por detrás e Iturra más adelantado. Al chileno se le vio algo perdido y muy poco participativo en la construcción, aunque con el paso de los minutos mejoró y compensó las carencias técnicas que puede tener para jugar con su poderío y trabajo.

Sí brilló Javi Márquez, activo y que desplegó un importante repertorio de perfectos pases en largo. El catalán llevó la manija de los suyos en ataque, pese a que hubo algunos momentos, sobre todo al principio, en que los defensas seguían abusando del pelotazo, olvidando que ya hay medios en el campo para jugar por abajo.

Lass, algo intermitente pero muy peligroso cada vez que entró en contacto con el balón, empezó el encuentro en la izquierda, aunque no tardó muchos minutos en alternar su posición con Foulquier y durante el resto del partido casi siempre entró por la derecha. Los dos extremos fueron bastante verticales y directos, algo de lo que hasta ahora carecían los hombres de banda del Granada.

En el segundo tiempo, la entrada de Riki dotó al Granada de mayor incisividad en el lado por donde estaba entrando el galo, mientras que los otros dos cambios también fueron entre futbolistas que jugaban en la misma posición: Success por El Arabi en punta y Piti por Javi Márquez como volante. Las dos sustituciones variaron poco, ni para bien ni para mal, a los nazaríes. Eso sí, el nigeriano cayó mucho más a las bandas que el marroquí.

pisar área

Al Granada le sigue faltando, por ejemplo, llegar con más hombres al área cuando el poseedor del balón se dispone a centrar desde una banda, algo que se antoja fundamental ahora que el equipo va a jugar con dos extremos natos, aunque ayer controló el partido, asedió al rival y mostró muchas mejores sensaciones que en anteriores comparecencias ante su público.

Por ejemplo, en otros compromisos jugados en casa en los que los rojiblancos han ido por debajo en el marcador, se ha recurrido al pelotazo directo amontonando jugadores arriba sin que nunca existiera la sensación real de que el Granada podía empatar. Ayer, apostando por jugar por abajo, sin tantos hombres arriba pero con los futbolistas repartidos de forma mucho más equilibrada en el campo y tirando de paciencia en lugar de las habituales prisas de otros días, el equipo transmitía que iba a empatar y que, incluso, hasta podía ganar.

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