Lourdes Verdes-Montenegro | Investigadora del IAA-CSIC

"Si el misterio gusta, comprender gusta más"

"Si el misterio gusta,  comprender gusta más"

"Si el misterio gusta, comprender gusta más" / álex cámara

SKA es una red de radiotelescopios que se reparten en dos continentes, África y Oceanía. Lourdes Verdes-Montenegro (Zúrich, 1964) participa en el comité que diseña cómo deben ser los centros regionales en los que se tratará la ingente cantidad de datos que llegarán desde SKA. Comenzó a estudiar Física en Sevilla y terminó en Granada, donde trabaja en el Instituto de Astrofísica de Andalucía. De pequeña coleccionaba recortes de prensa con noticias relacionadas con la Astrofísica. Ahora estudia la evolución de las galaxias.

-¿Qué tiene que ver SKA con Jodie Foster?

-(Ríe) La verdad es que Jodie Foster, en Contac, es muy útil para explicar qué es SKA. Estamos acostumbrado a ver telescopios de los ópticos. Cuando hablas de un radiotelescopio no viene una imagen a la cabeza. SKA es un radiointerferómetro, una colección de antenas conectadas entre sí. Jodie Foster era una radioastrónoma, como yo, que utilizaba el VLA, que está en Nuevo México.

"Dejemos de evaluar la ciencia en base a contar números en un currículum"

-España, gracias al Instituto de Astrofísica de Andalucía, va a meter mano es este proyecto. Usted lo llama el primer proyecto realmente terrícola...

-Realmente tiene esa característica.

-No ha sido fácil entrar...

-Si no fuera por el interés de la comunidad internacional no estaríamos aquí. En 2011 ya había trabajos de la comunidad española. Lo que empezó con un estudio de viabilidad enfocado para que nuestra industria consiguiera contratos terminó con que llevamos la comunicación y difusión de SKA en España, apoyamos la organización de congresos... Fue difícil porque estamos en un país con una capacidad científica tremenda y sin embargo a nivel de política científica no se ha conseguido ese apoyo para desarrollar el potencial de esa comunidad. Ha pillado un periodo muy malo desde que empezamos, en 2011.

-Hemos pasado página...

-Proyectos como SKA tienen una implicación muy grande, no sólo a nivel de ciencia básica. Con la ambición que tenemos de mirar el universo desarrollamos tecnología que luego tiene aplicación en la sociedad.

-La astrofísica y algunos de sus conceptos son un poco un acto de fe, ¿no?

-Es justo lo contrario. Lo que hacemos continuamente es cuestionar todo lo que hacemos y corroborar las teorías científicas. Es verdad que hay muchos temas de los que desconocemos muchísimo. Es impresionante que seamos capaces de comprender cómo funcionan objetos fuera de la Tierra. En el caso de SKA, queremos que se apliquen con conceptos de ciencia abierta. Cuando alguien publica un artículo, ese artículo es una historia, y tú no puedes repetir los pasos que han dado para realizar ese experimento. Por la prisa por publicar al final cuentas cómo has llegado, pero no compartes las herramientas que has utilizado para llegar a ese análisis. En eso estamos muy involucrados. Dejemos de evaluar la ciencia en base a contar números en un currículum y que verdaderamente tengamos en cuenta currículums en los que se han tenido en cuenta otros elementos de hacer ciencia. No sólo si has hecho veinte artículos o cien.

-Los profanos vemos los avances en la ciencia como una cuestión ajena...

-Si no lo explicamos bien te quedas en eso. Siempre he cuestionado el conocimiento por autoridad. Nuestro papel es dar a entender y eso a la gente le gusta. Si a la gente le gusta el misterio, hay una cosa que le gusta más, que es comprender. Hay quien hace dinero con el misterio, pero cuando coges un público y, de pronto, comprende lo que le cuentas, disfruta.

-El proyecto de SKA supone desarrollar una nueva manera de gestionar proyectos. Cuando se llegó a la Luna fue una proeza de EEUU. Ésta es una iniciativa mundial.

-Es así y es parte del disfrute del camino. Colaboramos con muchísimos países. Conectar con una comunidad científica con la que no has trabajado trasciende las barreras culturales y, por otro lado, también ves las diferentes maneras de pensar.

-Además de ser una herramienta muy potente para investigar, SKA es muy verde...

-Se va a alimentar en lo posible con energías renovables. El núcleo sudafricano puede tener un consumo eléctrico similar a la mitad de Granada. Un radiotelescopio trabaja 24 horas, así que también se trabaja en cuestiones como el almacenamiento de energía para las horas en las que no haya sol. SKA tiene que superar muchos retos. No queremos contaminar la Tierra para estudiar el cielo. También he dicho muchas veces que no me gustaría que estuviéramos buscando la posibilidad de vida en otros planetas para buscar uno para irnos cuando estropeemos este.

-También puede ayudar a desarrollar el continente africano...

-Se trabaja para que no sea una colonización científica, que ellos puedan hacer la ciencia al igual que nosotros. Hemos tenido reuniones en Sudáfrica con gente muy preparada y que ha hecho un grandísimo esfuerzo. Hay cuatro doctores en Astrofísica en Burkina Fasso y una de ellos, una chica, cuenta que cuando decidió hacer Física le dijeron que iba a perder la cabeza. Se enfrentan a dificultades muy grandes y que este proyecto llegue está revolucionándolo todo. Se extenderán las conexiones de internet, por ejemplo.

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