FEstival Internacional de Música y Danza de Granada

Fanfarrias, osadía y lluvia

  • Pablo Heras-Casado y la Mahler Chamber Orchestra claudican ante la adversa meteorología

  • La tormenta obligó a parar durante el estreno de 'Alhambra' e hizo que el concierto finalizara de forma prematura durante 'El sombrero de tres picos'

'Pulcinella' abrió la accidentada noche en el Carlos V.

'Pulcinella' abrió la accidentada noche en el Carlos V. / Carlos Gil

La lluvia fue protagonista. Una tormenta de verano obligó a interrumpir primero el estreno mundial de Alhambra, Violin Concerto No. 3, pieza creada por el húngaro Peter Eötvös e interpretada por la violinista Isabelle Faust y la Mahler Chamber Orchestra (MCO), dirigida por el director del Festival de Música y Danza, Pablo Heras-Casado. Después, pasada la una, de nuevo la lluvia obligó a cancelar el concierto cuando la MCO ejecutaba El sombrero de tres picos, pieza arropada visualmente por una colorida y singular escenografía creada por el artista plástico Frederic Amat

Fue Heras-Casado el encargado de anunciar por megafonía que el concierto se suspendía de forma definitiva y que, de forma abrupta, se ponía fin a la sexagésimo octava edición del Festival Internacional de Música y Danza.

La primera interrupción llegó cuando la velada rondaba las once y media. Dos rayos anunciaron las primeras gotas, que obligaron a la violinista y al director a tomar la decisión de interrumpir el recital. Faust emplea en los conciertos un stradivarius de 1704, la Bella durmiente.

Tras la interrupción, la organización decidió adelantar el descanso previsto para el final del estreno de Alhambra. La pieza se volvió a interpretar tras la pausa, no sin que la violinista mostrase sus dudas sobre si continuar o no. Ganó la osadia.

Hasta la aparición de la lluvia , la velada había resultado un paseo luminoso entre dos siglos.La noche, bochornosa en el recinto alhambreño, comenzó con el Pulcinella de Igor Stravisnky. La Chamber Mahler Orchestra transitó ora por lugares luminosos, ora por acordes enérgicos bajo la tutela de Heras-Casado.

La lluvia también amagó el pasado sábado, en la representación del ballet de 'El sombrero de tres picos', aunque no se llegó a suspender

El recinto de patio central del Carlos V se convirtió en sí mismo en un cálido atardecer gracias a la escenografía proyectada por Amat. El espacio entre las columnas detrás de la orquesta se ‘tapió’ de luz y color. El amarillo –desde los tonos ocres al lima– arropó los acordes de la alegre y vivaz interpretación del Pulcinella. La pieza se considera la primera piedra del neoclasicismo stravinskiano. Una mirada hacia atrás que no fue siempre entendida por el tratamiento que dio al original de Giovanni Battista Pergolesi.Tras un minuto y medio largo de aplausos llegó uno de los momentos esperados de la noche.El estreno mundial de Alhambra. La luz fue el eje que inspiró al compositor. El sol y la propia arquitectura del recinto alhambreño han sido –y serán– fuentes en las que la inspiración bebe, como es el caso de Eötvös.

En la accidentada despedida del Festival se quiso rendir homenaje a Manuel de Falla y a El sombrero de tres picos, composición que se ha convertido en luz y guía de estas tres semanas de música y danza con motivo de su estreno, en 1919, en el Alhambra Teather de Londres. Curiosamente, en el ballet del pasado sábado en el teatro del Generalife también llovió, aunque en aquella ocasión  no se interrumpió el espectáculo.

La propuesta de Heras-Casado, según el propio director, quería eliminar la pátina de folclorismo y ahondar en la radicalidad de la propuesta musical. Para ello se valió de sus manos –sin batuta– y de la Mahler Chamber Orchestra, una agrupación fundada en 1997 y que se define como“libre e internacional”, capaz de “cruzar fronteras musicales”. En ello se esforzó hasta que, "con pena", anunció que el recital se suspendía.

La pieza, inspirada en El corregidor y la molinera de Pedro Antonio de Alarcón, despunta en la revisión musical que realiza del folclore y en el ser capaz de llevar ese poso a la ribera de la vanguardia y loeuropeo con un discurso enérgico, vibrante y sólido. Para ello contó con la soprano Carmen Romeu, que esta temporada ha estado en el Teatro de la Zarzuela con la producción de La casa de Bernarda Alba. Romeu sorprendió en su primera y única intervención a un público ávido de moverse por terrenos conocidos tras la Alhambra de Eötvös.

El concierto de clausura contó con la presencia del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno; la consejera de Fomento, Marifrán Carazo; el delegado de la Junta en Granada, Pablo García; varios delegados territoriales; y la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López Calahorro, entre otras personalidades. El concierto será emitido por el canal Mezzo.

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