Con interés e ilusión
-¿Qué expectativas tiene con respecto a su actuación en el Festival de Música y Danza de Granada?
-Tocaré música de Bach y Messiaen, espero que le guste al público. Es bastante interesante, quiero enseñar esos contrastes entre el barroco y lo contemporáneo, además de la atmósfera que crea la acústica de la iglesia.
- ¿Supo desde pequeña que quería dedicarse a la música de manera profesional?
-Yo empecé con cinco años, como muchos niños porque tenía mucha energía y ya sabes tus padres te apuntan a todo (baile, clases de canto, deportes, etc.). Entonces empecé con cinco años, pero hasta que no tuve 10 no comencé a destacar. No supe de primeras que sería mi profesión. Ya cuando eres más mayor vas destacando y te lo vas tomando de otra manera, pero al principio ves la opción de hacer cosas diferentes; a lo mejor faltas al cole unos días por un concurso, es como una aventura. Todo es nuevo, estimulante, no tienes tanto sentido de la responsabilidad.
-¿Por qué el órgano y no otro instrumento?
-Toco el piano también, pero es que el órgano es especial. Cada órgano es distinto, además es un privilegio poder acceder a sitios increíbles. Es una cosa extraordinaria, entro a lugares que como turista no puedes a veces visitar. Además el instrumento me habla, con sus sonidos, sus colores, me habla con todo.
- ¿De todos sus logros de cual se siente más orgullosa?
-La verdad es que considero que tengo mucha suerte porque también he trabajado y trabajo mucho y muy duro, a pesar de las dificultades no he tenido dudas de que amo mi profesión. Para mí, lo que me hace sentirme muy orgullosa es la respuesta del público. Te cuento una anécdota que para mí fue muy especial: acompañé una película muda al piano hace tiempo y la gente lloraba, la película era preciosa y la música la complementaba. Ver esa emoción del público me hizo sentir muy orgullosa y conmovida. Que la gente te responda y sentir esa conexión es lo mejor para mí.
- ¿Tiene alguna manía o rutina antes o después de tocar?
-Comer un plátano antes de actuar por los azúcares lentos y para calmarme, pero sobre todo los dos días de antes de actuar no ensayo, me relajo. Ahora mismo me voy a nadar que es algo que me encanta hacer. Pero sí, en definitiva estar bien, tranquila y descansar y cuando no hace este calor dar paseos.
-¿Qué es lo que más le gusta de nuestro país?
-Actualmente vivo en Granada y siento que me queda mucho país por descubrir. Me gustaría tener más tiempo para visitar las ciudades en las que toco. Por ejemplo, me gustaría ir a Galicia que es un sitio que me interesa mucho.
- ¿Qué proyectos tiene entre manos?
-Justo después del festival me voy a Noruega a tocar en la Catedral de Nidaros en Trondheim, que es la catedral gótica más al norte del mundo y me hace muchísima ilusión. Me voy al fresco y dejo aquí este calor, al contrario que hacen algunos noruegos. Me gusta mucho esa zona y el clima, es toda una aventura que me tiene muy ilusionada y emocionada. Aunque todo tiene sus dificultades, porque los organistas no siempre tocamos en sitios confortables. No todas las iglesias por ejemplo está bien acondicionadas, en el Salvador, aquí en Granada, hace mucho calor.
-¿Qué es lo que más le gusta de su profesión?
-Comunicarme con la gente. Algo que he aprendido de esta profesión y sobre todo conforme he ido creciendo es que todos somos iguales. Vas a Japón creyendo que te vas a encontrar un mundo totalmente diferente, pero no, el público se emociona igual con tu música. La gente tiene el mismo corazón, pero se expresa de manera diferente. Todos tenemos alma, todos tenemos los mismos problemas, las mismas preocupaciones y los mismos sentimientos.
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