Pedro Osuna, compositor musical

Pedro Osuna: “Si le damos la espalda a los procesos tecnológicos dejamos de crear cultura viva”

El compositor granadino afincado en Los Ángeles Pedro Osuna.

El compositor granadino afincado en Los Ángeles Pedro Osuna. / Efe (Granada)

Pedro Osuna ha regresado estos días a su tierra para participar un año más en los cursos que ofrece el Festival de Música y Danza de Granada. El joven granadino afincado en Los Ángeles imparte el Curso de creación musical: el compositor en el siglo XXI y la música para medios audiovisuales. Con solo 24 años ha conseguido hacerse un hueco como compositor de música clásica y bandas sonoras para cine y series.

Su carrera ha sido meteórica. A los 21 años se convirtió en el primer estudiante de Berklee College of Music que componía música para una película nominada a los Oscars mientras aún estudiaba, y a los 22, el más joven en orquestar una película de James Bond.

Osuna empezó a cantar en el coro del colegio a los 3 años, y más tarde a estudiar violín y luego piano. Improvisaba y componía por diversión, hasta que a los 16 años conoció a un compositor y decidió dedicar su vida a la música. Empezó a trabajar como ayudante de compositores, y con 17 años orquestó su primer documental, que fue nominado a los premios Goya.

Gracias a la Wachter Fellowship, se mudó a Los Ángeles durante el verano de 2018, donde trabajó para Lucas Vidal en la serie Élite de Netflix. A los pocos meses de graduarse ya podía presumir de haber trabajado en cinco largometrajes, tres de ellos como co-compositor. Además, su música clásica ha sido interpretada en Boston, Nueva York, Granada o Los Ángeles. Sus colaboraciones más recientes incluyen Lightyear de Pixar, 007 Sin tiempo para morir (música de Hans Zimmer), Klaus (2019) –nominada a un Oscar y ganadora de un BAFTA donde fue compositor adicional–, el blockbuster de Simon west the legend hunters (co-compositor), la expo de Dubai (con el compositor ganador de Oscar A. R. Rahman), y Thor: love and thunder de Marvel.

–Desde su experiencia en el mundo de la creación musical para medios audiovisuales, ¿cuál es la enseñanza que intenta trasmitirles a sus alumnos?

–Mi intención es abrirles puertas que yo ni siquiera sabía que existían cuando empecé. También hablarles del papel de la tecnología en el proceso de composición. Al fin y al cabo un piano era una pieza de tecnología y cuando se volvió común usarlo el clavicordio dejó casi de tocarse. Realmente hay tecnologías que dejan obsoletas a las anteriores. Si le damos la espalda los procesos tecnológicos dejamos de crear cultura viva.

–¿Se centrará en la tecnología?

-Me parece muy importante enseñarles ese tipo de procesos que pueden hacerles llevar su música a las cotas más altas pero a la vez quiero ponerles en contacto con gente que está muy establecida en la industria como Hila Plitmann, una soprano que estrena algunas de las obras de los compositores vivos más importantes del mundo. O Sofía Bacelar, que dará una masterclass de chelo y grabará piezas de los alumnos en su estudio. Otro compañero, Adam Kallibjian, va a dar una charla de música y vídeojuegos, un ámbito en el que tengo menos experiencia.

–¿En qué es diferente a otros cursos de composición musical?

–No es un curso de composición clásica porque creo que a eso tienen acceso porque hay muchos profesores aquí en Granada. Puedo ayudarles más en cuestiones que les ayuden a afrontar su carrera y las diferentes cosas que pueden hacer en ella. No tienen que limitarse a la composición clásica, pueden dedicarse a hacer cine manteniendo una integridad creativa y sonora.

-¿Es un proceso muy diferente componer música para cine?

-La colaboración con directores no es diferente a trabajar con coreógrafos, por ejemplo. Ahora estoy trabajando en ballet y es un proceso que no es tan distinto al de colaborar en una película o escribir para una cantante una pieza clásica.

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