Rubén Olmo, director del Ballet Nacional de España

Rubén Olmo: “La Bella Otero llegó a anunciarse en Nueva York como la hija de la ‘Carmen’ de Bizet”

Rueben Olmo: “La Bella Otero llegó a anunciarse en Nueva York como la hija de la ‘Carmen’ de Bizet”

Rueben Olmo: “La Bella Otero llegó a anunciarse en Nueva York como la hija de la ‘Carmen’ de Bizet”

Rubén Olmo (Sevilla, 1980) ha sido galardonado a lo largo de su carrera con el Premio Max (2014), la Zapatilla de plata de Indanza (2012), el Giraldillo de Oro de la Bienal de Flamenco de Sevilla (2010) o Premio Nacional de Danza en 2015. Desde 2019 está al frente del Ballet Nacional de Danza, con el que este viernes y sábado recala en el Festival de Música y Danza de Granada para ofrecer su versión de La Bella Otero. Se trata de uno de los montajes más personales del creador sevillano con la que ha sido su casa durante tantos años. 

Porque la trayectoria está indisolublemente ligada al Ballet Nacional de España.  Licenciado en Danza Española y Danza Clásica en Sevilla, comenzó su carrera profesional a los 16 años cuando ingresó en la Compañía de Javier Barón. En 1998, con 18 años, se incorporó al cuerpo de baile del Ballet Nacional de España bajo la dirección de Aída Gómez y ascendió a bailarín solista un año después. Durante su etapa en este ballet actuó como primer bailarín de montajes como el de La Celestina, coreografiada por Ramón Oller y con dirección escénica de Adolfo Marsillach; Poeta, de Javier Latorre; Carmen, de José Antonio Ruiz o Grito, de Antonio Canales.

-¿Qué tenía Carolina Otero, la Bella Otero, que la hacía tan especial?

-Creo que lo más llama la atención de ella es su vida. Como se reinventa una chiquilla de un pueblo de Pontevedra hasta llegar a ser una de las mujeres más influyentes de la Belle Époque. Sumado todo ello a que fue primera bailarina del Folies Bergère. Era una mujer que tenía un magnetismo muy especial.

-Ella se inspiró en la protagonista de la Carmen de Bizet.

-Con la Carmen Bizet se empieza a visualizar como artistas y a ver de otra manera su relación con los hombres. Comprende que utilizando su poder como mujer puede llevárselos de calle para poder hacer lo que quiere, para utilizarlos y moverlos a su antojo.

-Pero murió arruinada y sola. ¿Por qué la mujer fatal siempre termina mal?

-Tuvo un gran poder y mucha riqueza pero también un problema de ludopatía enorme. Lo perdió todo. De hecho, el casino llegó a ofrecerle una habitación para vivir allí porque se quedó sin casa, sin piso y sin nada. Y también porque era una mujer muy conocida, por no dejarla en la calle.

-Aunque ella contaba que sólo se enamoro del juego, ¿es una obra sobre el deseo?

-El deseo de los hombres es el deseo de poder realmente. Ella sí tuvo todos esos amantes, incluso algunos se llegaron a suicidar por ella.

-¿Cómo se refleja en la escena ese deseo?

-Se está todo el tiempo jugando con eso. Desde la violación con 14 años su relación va cambiando hasta reflejar como llega al poder y utiliza a sus amantes. También está presente el juego entre la mentira y la verdad, que ella utilizó mucho. Tanto es así que se llegó a anunciar en Nueva York en una gira como la Bella Otero, hija de la Carmen de Bizet. Imagínate hasta donde llegan sus mentiras, aunque todo eso todavía le dio más popularidad y más fama. Tanto el guionista, Gregor Acuña, como yo nos hemos tomado la libertad de jugar entre esas mentiras que ella inventaba.

-Patricia Guerrero y Maribel Gallardo dan vida a la Bella Otero en distintos periodos de su vida. ¿Ha sido difícil encontrar a dos bailarinas que interpreten un personaje así?

-No me fue difícil porque lo tenía muy claro. Maribel Gallardo es una figura de la danza y sabía que tenía que ser algo que a ella le llamase la atención, pero estaba encantada. Y Patricia Guerrero es una joven muy preparada. Le gusta aprender de todo lo que ocurre a su alrededor y eso para una artista es muy bueno. 

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