Festival Internacional de Música y Danza

En cuerpo y espíritu

  • El compromiso de Martha Graham, sus aires rupturistas, pero también el amor, llenan de movimiento el Generalife

La Martha Graham Dance Company regresó al Teatro del Generalife

La Martha Graham Dance Company regresó al Teatro del Generalife / Alex Cámara

El Teatro del Generalife da a la danza una dimensión extra. La Martha Graham Dance Company regresó al escenario en el que la desaparecida bailarina y coreógrafa que dio su nombre a la compañía estrenó en 1986 La consagración de la primavera (The rite of Spring).  La directora artística de la Martha Graham Dance Company, Janet Eilber, trajo a la sexagésima octava edición del Festival Internacional de Música y Danza es espíritu de la artista norteamericana. Rupturista, Martha Graham dio a su trabajo contenido político y fondo social. Compromisos que se tradujeron en la lucha por hacer de la danza una arte accesible. Cuerpo, moviento y espacio se unieron anoche para dar forma –efímera, hermosa– a mensajes que siguen plenamente vigentes y que se pudieron oír por boca de la propia artista gracias a una grabación. 

La velada comenzó la presentación de la propia Eilber del espectáculo. A las 22:47 llegó el momento de Diversions of Angels, pieza creada en 1948 y que conserva el dulzor del optimismo que Graham –fallecida en 1991– le imprimió en su gestación. Con música de Norman Dello Joio, Leslie Andrea Willians -de brazos capaces de abrazar todo el escenario- y Lorenzo Pagano, de blanco, simbolizaron el amor sereno; Anne O’Donnell y Lloyd Mayor, de rojo, el amor romántico; de amarillo, Laurel Dalley Smith  y Jacob Larsen ejecutaron los pasos que representan al amor de juventud, desbocado, como su alegre presencia sobre el escenario. Colores que, en un ejercicio de sinestesia, elevaron el mensaje de la coreografía a dimensión pictórica. El público –que llenó las 1.600 butacas del Teatro del Generalife– disfrutó con este canto al amor a la vida, y al amor al propio amor. Un detalle, hubo quien apuró hasta el último momento para entrar, quizá por la coincidencia en la misma jornada con los toros.
El montaje llamó la atención a los asistentes El montaje llamó la atención a los asistentes

El montaje llamó la atención a los asistentes

Ekstasis, con vestuario de la propia Martha Graham, fue interpretado por la solista Natasha M. Diamond-Walker. Siete minutos basados en uno de los solos de la bailarina y coreógrafa creados en los convulsos años 30 y que ayer se clavaron en la retina de los espectadores, que respondieron con los primeros bravos. Se representó ayer en Granada por deseo expreso de Eilber, que fue bailarina principal de la compañía y asumió la dirección artística de la Martha Graham Dance Company -que cumple ahora su 93 temporada y es la compañía estadounidense más antigua- en 2005. La coreografía original se perdió. Se pudo recomponer a partir de fotos, notas de una de las bailarinas y una entrevista con la creadora en la que hablaba de su creación. Varió irremediablemente la forma, pero conservó el espíritu de Graham gracias al trabajo de Virdinie Mécène. La música, también perdida, fue revisada por el español Ramón Humet.
Lamentation Variations –que se estrenó el 11 de septiembre de 2007– ofreció las variaciones de Bulareuyaung Pagarlava, Nicolas Paul y Larry Keigwin con música de Gustav Mahler, John Dowland y Fryderyck Chopin.
En La consagración de la primavera, Carlotte Landreau interpretó a La Elegida -obligada a danzar hasta morir- y Ben Schultz fue El Chamán en una pieza de 33 minutos cuya coreografía rebosó aires étnicos y orientalistas que firmó la propia Graham. Ritual pagano que, encajado en el entorno de la Alhambra, recibió los aplausos del público.
Como curiosidad, el descanso se acortó sensiblemente para que el final del espectáculo no coincidiera con el espectáculo de fuegos artificiales que anunciaron, a pasadas las doce y media de la noche, el fin de las fiestas del Corpus.

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