El Festival de Granada abre sus puertas con Bach

El Palacio de Carlos V se llenó para el concierto inaugural.
El Palacio de Carlos V se llenó para el concierto inaugural. / Fermín Rodríguez / GPMedia

Ayer el Palacio de Carlos V se llenó de emoción, solemnidad y excelencia musical con la apertura oficial de la 74ª edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada.

Las entradas para el concierto estaban prácticamente agotadas, pero algunos asistentes consiguieron adquirir los últimos billetes hasta 40 minutos antes del inicio. La demanda fue tan alta que el aforo se completó casi en su totalidad poco antes de que comenzara la interpretación. A pesar de las leves gotas de lluvia caídas durante la tarde, el concierto se desarrolló con total normalidad y brillantez. A las diez de la noche, hora prevista para el inicio, el cielo estaba prácticamente despejado, lo que permitió disfrutar plenamente de la velada en el Palacio de Carlos V.

La encargada de inaugurar este emblemático evento fue La Cetra Barockorchester & Vokalensemble Basel, bajo la dirección del maestro Andrea Marcon, con la interpretación de una de las cumbres indiscutibles de la historia de la música: la Misa en si menor de Johann Sebastian Bach.

El público asistió a un concierto de dimensiones casi litúrgicas, en el que la música trascendió los límites del tiempo y la religión. La obra, compuesta por el maestro alemán en distintos momentos de su vida y reunida hacia el final de sus días como un testamento espiritual y artístico, resonó con fuerza en el recinto nazarí, dejando una profunda huella en la audiencia.

El conjunto suizo La Cetra, considerado uno de los grupos barrocos más prestigiosos del panorama internacional, ofreció una versión fresca, rigurosa y vibrante de la partitura, confirmando su reputación forjada en los principales escenarios de Europa.

La dirección de Andrea Marcon, especialista en música antigua, guio con sensibilidad y autoridad cada una de las complejas secciones de esta monumental composición.

Acompañaron a la orquesta cinco solistas de renombre internacional: Jone Martínez (soprano), Lea Elisabeth Müller (mezzosoprano), Carlos Mena (contratenor), Jakob Pilgram (tenor) y Tobias Berndt (barítono), quienes interpretaron sus partes con una solvencia técnica y expresiva impecable. Sus voces se fundieron con la orquesta y el coro en un diálogo de espiritualidad y belleza que mantuvo al público en absoluto recogimiento.

La historia de esta obra es tan fascinante como su música. Compuesta en fragmentos a lo largo de décadas, la Misa en si menor no fue concebida originalmente como un todo orgánico. El primer bloque (el Kyrie y el Gloria) fue enviado en 1733 por Bach al nuevo elector de Sajonia, Federico Augusto II, como parte de una solicitud para obtener el cargo de maestro de capilla en la corte de Dresde, que le sería concedido solo de forma honorífica años después.

Detalle de La Cetra, encargada del concierto inaugural.
Detalle de La Cetra, encargada del concierto inaugural. / Fermín Rodríguez / GPMedia

Posteriormente, Bach retomó la idea hacia 1747, en sus últimos años de vida, enfrentando el reto de poner música al Ordinario completo de la misa católica, a pesar de su fe luterana.

Este hecho no pasó desapercibido para los asistentes ni para los críticos. La elección de este repertorio se leyó como un acto de apertura intelectual y un homenaje a la tradición sacra europea, más allá de credos o fronteras.

Como escribió en su momento el editor suizo Hans Georg Nägeli, quien rescató el manuscrito en el siglo XIX, se trata de “la mayor obra de arte musical de todos los tiempos y todos los pueblos”.

En un emotivo gesto, la función estuvo también dedicada a la memoria del director granadino Miguel Ángel Gómez-Martínez, recientemente fallecido, cuya figura ha estado ligada durante décadas al festival.

El concierto inaugural tuvo una duración de 1 hora y 47 minutos y estuvo estructurado en cinco grandes partes. La primera fue la Missa (Kyrie y Gloria); la segunda, Symbolum Nicenum (Credo); la tercera, el Sanctus; y la cuarta, integrada por el Osanna, Benedictus, Agnus Dei et Dona nobis pacem. Una arquitectura sonora majestuosa que marcó el tono solemne y trascendente de la noche.

Un acontecimiento mayúsculo

La apertura de anoche, que fue respaldado institucionalmente con la presencia oficial del ministro de Cultura, Ernest Urtasun Domènech, no solo marcó el inicio de una nueva edición del festival, sino que también elevó el listón artístico con una interpretación que fue, sin duda, un acontecimiento musical mayúsculo.

Así comenzó el Festival de Granada 2025. Con el esplendor de la música sacra y el genio de Bach, resucitado en la interpretación brillante de La Cetra y sus solistas.

Fue una apertura simbólica y luminosa del Festival de Granada, celebrada en la noche del Jueves del Corpus Cristi en el imponente Palacio de Carlos V. El inicio del festival de Granada no solo destacó por su excelencia musical, sino también por su profundo valor simbólico para la ciudad.

Fue una noche inolvidable, marcada por la excelencia y la emoción.

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