La duquesa de Alba ya tiene de todo. Títulos para ensombrecer al noble más 'noble' europeo, patrimonio para eclipsar a medio mundo, reconocimientos de peso, personalidad para aislarse de la presión mediática del papel couché. Y, desde esta semana, una marcha. Pero no 'marcha' para irse de copas sino una marcha auténtica, con partitura y todo. Un allegro compuesto, a ritmo de pasodoble, por el compositor y director de la banda municipal de Ezcaray (La Rioja), Luis María Monge, que traslada por fin al pentagrama "cómo es en realidad la duquesa".

Curiosamente, ésta es la primera composición musical que engrosa el interminable listado de distinciones con las que acompaña a su condición de 14 veces Grande de España. Todo, bajo el sencillo título de Cayetana, como a ella le gusta que le digan. Sin notas ni rimas.

La composición fue estrenada el jueves en presencia de la duquesa en la iglesia de Santa María La Mayor de Ezcaray, un municipio riojano que vio alterado por unas horas su tranquilo ritmo de vida para escuchar un pasodoble que recoge, en melodía y acompañamiento, el poso "vital, generoso, cercano y taurino" de la ilustre visitante. El autor de la obra explicó también que su melodía no deja de ser un diálogo entre toro y torero, donde a clarinetes y saxofones replican bajos, bombardinos y tubas. "Es una música rápida con un tono alegre, tal y como es Cayetana".

Los lugareños aguardaron a la protagonista durante más de media hora para darle su recibimiento a la entrada del templo como una auténtica artista. Pura anécdota lo de la larga espera. Doña Cayetana se bajó del coche para ser recibida por el creador del pasodoble y por autoridades municipales. Un chorro de voces diciendo "guapa, guapa" cayó sobre ella. La duquesa sonrió.