Ciencia

11 de febrero en Granada: "El cambio lo hemos conseguido las mujeres que hemos hecho ciencia"

De izquierda a derecha, Rosana Montes, Vanesa Gámiz, Juanma Moreno, Luis Alcalá, Rocío Romero y Teresa de Pedro.

De izquierda a derecha, Rosana Montes, Vanesa Gámiz, Juanma Moreno, Luis Alcalá, Rocío Romero y Teresa de Pedro. / Photographerssports

Cuatro mujeres. Cuatro experiencias vitales. Cuatro científicas en distintos momentos de su carrera investigadora que revelan el camino recorrido por la mujer en la ciencia y explican a las que deben tomar el relevo, estudiantes de Primaria y Secundaria de colegios e institutos de Granada, qué queda por hacer. Las cuatro, Teresa de Pedro, Vanesa Gámiz, Rocío Celeste Romero y Rosana Montes hablaron ante un concurrido auditorio en el Parque de las Ciencias de educación, tecnología, carrera investigadora, vocaciones y ser mujer en la ciencia. El motivo del encuentro, inaugurado por el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, fue celebrar el 11 de febrero, día dedicado a la Mujer y a la Niña en la Ciencia.

Teresa de Pedro, investigadora del Centro de Automática y Robótica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), relató su trayectoria desde el principio. Nacida en un pequeño pueblo de Zamora, una enfermedad impidió que De Pedro fuera al colegio hasta los 9 años. "No he sido nada especial". Apostó, gracias al papel desempeñado por una de sus maestras, por la Física, y su familia decidió apoyarla para que iniciara sus estudios universitarios. Comenzó a interesarse por la informática cuando aquello era una rareza en el sistema investigador. Únicamente había una computadora a disposición de los investigadores, relató, cuando esta científica zamorana, pionera en su campo, inició su trayectoria, en los años 60 del pasado siglo. Los equipos informáticos entonces "eran muy elementales y había que hacer software básico".

Su tesis abordó eso que ahora está tan de moda, la inteligencia artificial. Se trataba, en pocas palabras, de "encontrar caminos que unieran varios puntos en un laberinto", explicó a la chavalería. Cuando España ingresa en la UE, a mediados de los 80, el grupo en el que estaba esta zamorana entró en uno de los primeros proyectos europeos en los que hubo participación de científicos nacionales. La investigación -por cuestiones de presupuesto, era demasiado caro comprar un robot- se centró en coches autónomos, para lo que se emplearon automóviles eléctricos que se fabricaban en Galicia. En unas pistas que simulaban un barrio se llegó a tener cuatro coches operativos. Eso "nos permitía hacer adelantamientos automáticos", entre otras operaciones. En el año 2012 se produjo el experimento de mayor repercusión, con seguimiento de todos los medios. El vehículo autónomo fue por la autopista de La Coruña, recorrió cien kilómetros por vías madrileñas y se pudo seguir la progresión en directo. "El cambio lo hemos conseguido las mujeres que hemos hecho ciencia", resumió sobre cómo habían influido ella y sus compañeras en el tejido investigador.

Vanesa Gámiz, ingeniera informática por la Universidad de Granada, es profesora titular desde 2019. Tenía bastante claro que le gustaba aquello de los ordenadores y como referente tuvo a mi hermano, informático. "Es necesario contar con referentes", aseguró. Cuando terminó la carrera, comenzó a trabajar de apoyo técnico en varios departamentos de la UGR. "Me empezó a picar el gusanillo, con el referente de mi madre, que es maestra, dela educación. Así comencé a aplicar la tecnología en el campo educativo", contó a los estudiantes que asistieron al encuentro. "Cada vez nos piden perfiles más interdisplinares", explicó. Ahora investiga sobre eLearning, realidad virtual, learning analytics y competencias digitales entre los docentes. Entre los ejemplos de las investigaciones en las que participa esta científica explicó éste: elaborar un entorno para que los médicos aprendan a utilizar un ecógrafo. "Las cifras nos dicen que hay más niños que niñas en las carreras tecnológicas", aseguró, para pedir a continuación "no tengáis miedo. En mi caso la vocación me encontró a mí".

Juanma Moreno saluda a los escolares que asistieron al acto en el Parque de las Ciencias. Juanma Moreno saluda a los escolares que asistieron al acto en el Parque de las Ciencias.

Juanma Moreno saluda a los escolares que asistieron al acto en el Parque de las Ciencias. / Photographerssports

El regalo de comunión que recuerda Rosana Montes, investigadora del Instituto Andaluz Interuniversitario en Data Science (DaSCI), fue un estuche Pelikán. También, en otra ocasión, recibió como obsequio una calculadora. Con 16 años tuvo como presente un ordenador, un techado bastante tocho acompañado con un manual. El monitor era la televisión. Cuando llego a los 18 años se convenció de que le gustaban los botones. "Si lo comprendo, también lo enseño".  Tras finalizar con sus estudios universitarios, reconoce que se puso de nuevo con los apuntes y estudió todo una segunda vez. Sacó plaza como docente de FP, pero comenzó su labor investigadora y a participar en proyectos internacionales. "La informática es una carrera prodigiosa para que alguien pueda cambiar el mundo", aseguró en su intervención.

"Yo también fui adolescente", admitió ante el público Rocío Celeste Romero, encargada también de dirigir la breve tertulia posterior a las presentaciones. Ya entonces le fascinaba la informática. Ahora trabaja en redes neuronales artificiales, procesamiento de lenguaje natural centrados en temas médicos y también en química informática. Da clase en grado y posgrado, en Informática, Medicina, Biología... "en todo lo que necesita informática", reseña, para destacar que lo que "más satisfacciones" da es precisamente la docencia. A enseñar y a investigar, Rocío añade tareas de gestión, en concreto es subdirectora de Investigación, transferencia y docencia en el Citic de la UGR, y de divulgación. "No nos aburrimos nunca".

Juanma Moreno, que estuvo acompañado por las consejeras de Fomento, Marifrán Carazo, y de Educación y Desarrollo Educativo, Patricia del Pozo, destacó el "esfuerzo y tesón" de las cuatro mujeres que brindaron su experiencia vital y profesional al alumnado que asistió al Parque de las Ciencias. "Querer es poder", aseguró ante un motivado auditorio, al que confesó su propia experiencia. "Yo quería ser presidente de la Junta y me decían 'dónde vas'. Lo importante es confiar en uno mismo". Moreno tildó de "tópicos tóxicos" la creencia de que existen carreras de "chicos y de chicas". Los números son elocuentes. En la UGR hay 571 catedráticos y 226 catedráticas. En la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada hay unas 3.900 mujeres frente a un millar de varones, según los datos de la última memoria académica de la Universidad. En Ciencias de la Salud, un millar de mujeres estudian mientras que ellos son unos 356. En Informática y Telecomunicación, la situación es la inversa: 1.853 estudiantes varones por 371 mujeres se forman en las aulas de la Escuela. Moreno relató que en la reciente inauguración del Museo del Videojuego, en Málaga, comprobó que "siguen abiertos cortes generacionales". "A veces las niñas, por complejo, por influencia, por los tópicos no se atreven a dar el paso", admitió el presidente, que expresó su satisfacción por estar con "personas con más talento que yo".

La charla motivacional tiene, por el otro lado, la realidad del estudiantado que asistió. Gabriela, una joven que cursa primero de Bachillerato, explica que en su vocación es estudiar Derecho y Relaciones Internacionales. Señala que ellas lo tienen más difícil, aunque "depende" de lo que quieran hacer. ¿Qué dificultades son esas. "Es algo que también se ve en el instituto. A ellas se les exige más".

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