Aída Herrera | Psicóloga y directora del Máster de catástrofes, crisis y emergencias

"Hay que afrontar y aceptar la nueva situación que nos toca vivir"

  • La profesional asegura que la psicología de emergencias "ayuda a exteriorizar las preocupaciones y miedos y a contrastar los pensamientos negativos y catastrofistas"

La psicóloga Aída Herrero, en una imagen.

La psicóloga Aída Herrero, en una imagen. / G. H.

La psicología de emergencia es vital en situaciones como la actual: una crisis sin precedentes provocada por una pandemia mundial. Lo asegura la psicóloga Aída Herrera, directora del Máster Internacional Psicología de Catástrofes, Crisis y Emergencias del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental, quien afirma que en un momento así de crisis sanitaria la psicología de emergencias actúa en tres fases: en el antes, en el durante y en el después.

"La primera fase del Covid-19 es la que nos creó un estado de shock, como una reacción fisiológica frente al estrés que nos supuso la noticia de los contagios en China", explica Herrera. En ese momento, según la psicóloga, "estábamos ávidos de información, pensando que no estábamos preparados para esto". "Posiblemente tuviéramos insomnio, pesadillas y, por supuesto, muchas dudas. Estábamos pendientes de forma constante de los medios de comunicación", señala.

La necesidad del contacto físico

Luego llegó una segunda fase, tal y como resume la psicóloga andaluza, en la que está "el impacto emocional y somático asociado a la negación de lo ocurrido con frases como esto no es real o no puede estar ocurriendo. Entramos en una serie de síntomas como confusión y el qué está pasando, ansiedad, miedo, ataques de pánico, temor por el futuro, la desesperanza y el no le veo salida a esto, tristeza… Posiblemente, también tengamos necesidad de estar con los nuestros, padres, hermanos, hijos, nietos, amigos… Tener contacto físico, poder abrazarnos".

¿Cuáles son los síntomas que se pueden notar en esta fase? Pues, según Herrera, dependerá de cómo cada persona afronte la situación, pero en algunos casos "puede haber dolores de cabeza o de estómago; en otros, incapacidad de conciliar el sueño o despertarse a media noche; otros engordan". "Habrá personas que tendrán pensamientos recurrentes de miedo a los contagios, pensamientos y creencias negativas sin contrastar y otras intentarán evitar las conversaciones que tengan relación con el virus. Puede provocar taquicardias, obsesiones, hipocondrías", admite.

Una situación anormal

Ya en la tercera fase es cuando se activan los recursos personales de cada individuo, en lo que se supone una vuelta a la supuesta "nueva normalidad" que llaman los expertos. "Se trata de afrontar y aceptar la nueva situación que nos toca vivir", afirma Herrera. ¿Cómo ayuda la psicología de emergencias en toda esta situación? La psicóloga declara que "te ayuda a validar, reconocer y normalizar las emociones que te invaden, ya que son situaciones normales ante una situación anormal. Te ayuda a exteriorizar esas preocupaciones y miedos y a contrastar los pensamientos negativos y catastrofistas. Te ayuda a calmar las reacciones físicas, por ejemplo, prestando atención a técnicas de respiración".

En este sentido es importante recordar que el Colegio de Psicología de Andalucía Oriental ha puesto en marcha un programa de atención telefónica a determinados colectivos (sanitarios, fuerzas de seguridad del Estado, cuidadores de residencias de tercera edad…) en el que han estado interviniendo más de 300 profesionales para dar apoyo y soporte en las difíciles situaciones que se están viviendo. También alerta a los usuarios de que si estas reacciones que se han indicado se alargan en el tiempo y le parecen que son muy intensas que acudan a un profesional de la psicología para evitar patologías posteriores asociadas a esta situación.

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