La tarde del 17 marzo, sobre las 20:30 horas, Ana [nombre ficticio], una joven de 17 años y vecina de Armilla, iba caminando por la calle junto a una amiga cuando un vehículo color azul que circulaba por la misma vía aminoró su marcha y comenzó a gritarle guapa. Las dos jóvenes se sintieron incómodas y trataron de esquivar el vehículo callejeando, pero el coche continuó siguiéndolas hasta que las alcanzó de nuevo y comenzó a increparlas. Las dos chicas se asustaron y comenzaron a gritar, lo que alarmó a los vecinos que salieron a socorrerlas, actitud que hizo que el vehículo se marchase.

Cuando llegó a casa se lo dijo a su madre, que trató de tranquilizarla creyendo que era un caso aislado. Sin embargo, tres semanas después la situación se volvió a repetir. El mismo coche, en el que iba además del conductor que ella reconoció de la vez anterior, otra persona, volvió a alcanzarla y a decirle "madre mía, cómo estás tan buena". Ana trató de continuar su camino ignorando lo sucedido, ante lo que le dijeron que "estaba buena pero era una puta sosa".

En ese momento, apareció un amigo de Ana y el coche se fue, pero cuando el joven se marchó, el vehículo volvió a aparecer y a gritarle: "Si queremos, te vamos a coger y te vamos a follar". Ana comenzó a asustarse y cambió de dirección, pero el coche comenzó a circular marcha atrás para perseguirla. En ese momento, la joven comenzó a gritar, lo que alertó a su amigo que todavía estaba cerca y rápidamente regresó para ver qué le ocurría ante lo que el coche se marchó.

Asustada, le contó a su madre lo sucedido y le confesó que por redes sociales había leído que "había un coche azul en Armilla que perseguía chicas", por lo que decidieron poner una denuncia ante la Guardia Civil.

Dos semanas después, Ana volvía a su casa y cuando casi se encontraba en la puerta de su domicilio, el mismo coche azul volvió a aparecer. En esta ocasión no le dijo nada, se quedó observándola mientras entraba en su domicilio y después lazó varias piedras hacia su ventana.

De nuevo, junto a su madre, se personó en la Guardia Civil para denunciar lo ocurrido, ya que según relató la madre de la joven, María de la Luz V. O., a Granada Hoy, "tenía miedo porque ese hombre ya sabe incluso donde vive mi hija".

Unos días después, María de la Luz estaba en unas calles cercanas a su domicilio cuando comprobó que el coche azul estaba de nuevo allí. "Llamé a la Guardia Civil pero no vino nadie. Fui al cuartel y amplié la denuncia. Llevé fotos del coche y me dijeron que llamarían al dueño para darle un aviso y que dejase a mi hija en paz", explicó.

Según relató María de la Luz, el joven, que tiene algo menos de 30 años, es un conocido de la justicia ya que cuenta con algunos antecedentes, por lo que ha querido hacer público su caso para pedir "más medidas con las que evitar el vivir con miedo", porque igual que han perseguido a su hija "puede ocurrirle a otra chica".