Los niños del Albaicín limpian su parque para poder jugar

Los niños del Albaicín no piden mucho. Quieren tener un parque infantil donde poder hacer lo que saben, jugar en los columpios, con la pelota y pasar las horas mientras alcanzan la juventud con el mejor recuerdo posible, el de los juegos de niños. Pero no lo tienen fácil por las malas condiciones en las que se encuentra la zona donde quieren pasar su infancia, en el Huerto del Carlos, que se encuentra abandonado y con un estado peligroso para las futuras generaciones de albaicineros pese a ser el único parque público del barrio.

Por eso, no dudaron ayer en solucionar lo que los mayores destrozan y con estropajos, escobas y mucha ilusión se pusieron manos a la obra para limpiar lo que es suyo y de su futuro.

Así, varios niños y un grupo de padres apoyaron la iniciativa de una plataforma vecinal que tiene la sana intención de recuperar la zona infantil del Huerto del Carlos. Y qué mejor que quedar para una merienda con chocolate. Columpios y chocolate, menú perfecto para los más pequeños.

Además, los padres y vecinos han hecho un llamamiento claro al alcalde de Granada, José Torres Hurtado: "queremos un parque más limpio y adecuado para nuestros niños". En base a eso, le van a hacer llegar su lista de reivindicaciones, que incluyen la limpieza regular del parque incluidas las zonas colindantes abandonadas; un baño público (como los portátiles, por ejemplo); mantenimiento periódico de elementos como bancos, farolas o muros; mantenimiento periódico de la zona infantil; más columpios adecuados a las distintas edades; estructuras con plantas enredaderas que den sombra ya que los árboles son pequeños; una fuente para beber con agua todo el año y medidas de seguridad para los niños.

Un listado de peticiones 'obvias' para un parque pero que ahora no tienen en una zona amplia de expansión y recreo del Albaicín, que por cierto por su estructura urbana no cuenta con muchas más posibilidades.

De hecho, ahora el Huerto del Carlos está sucio (con excrementos, cristales y basura), con los columpios deteriorados, el mobiliario urbano roto, sin instalaciones adecuadas para las distintas edades, sin zonas de sombra, sin agua potable. Lo único que tiene son muchos peligros no sólo para los niños sino para los vecinos que quieren hacer uso de este parque público, que además transmite a los miles de visitantes del barrio y a los turistas una imagen degradada de un barrio Patrimonio de la Humanidad.