Educación

"Bares llenos, aulas vacías": sindicatos y estudiantes de la Universidad de Granada se concentran contra el "cierre"

  • Unos 200 miembros de la comunidad universitaria se manifiestan contra la decisión de la Junta de Andalucía

  • Denuncian que "se siente criminalizados" y que la semipresencialidad era "totalmente segura"

Los estudiantes de la UGR se manifiestan en Granada por el "cierre" de la Universidad / Antonio L. Juárez/Photographerssports

"Un PDF no es clase presencial" o "unos ejercicios no es explicar" son algunas de las consignas que desde las doce del mediodía de este viernes se escuchan por la Gran Vía de Granada. Unos 200 estudiantes y miembros de la comunidad universitaria se han echado a la calle para clamar contra la polémica decisión de la Junta de Andalucía de activar durante diez días el llamado "plan B" de la Universidad de Granada (UGR), el cual consiste en cerrar las aulas y que los alumnos asistan a clase de forma online. Y es que, según critican, la medida es una forma de "criminalizar" al estudiantado universitario con perjuicio para su formación.

A las once de la mañana, las puertas del Hospital Real, sede del Rectorado de la Universidad de Granada, varios miembros de la Delegación General de Estudiantes de la UGR, del Frente de Estudiantes y de Estudiantes en Movimiento, se daban cita para iniciar una jornada reivindicativa contra la "clausura" universitaria. "Nos sentimos criminalizados", manifestaba Javier Torres, estudiante de Ingeniería Civil y miembro de la Delegación General de Estudiantes de la UGR, una hora antes de que la protesta se trasladase hasta las puertas de La Normal, sede de la Junta de Andalucía en Granada.

"Hasta ahora la semipresencialidad era totalmente segura. Sin embargo, no se toman medidas en otros sectores que sí que son más problemáticos. En las clases nos sentimos seguros porque había distancias, mascarillas y ventilación. Había algún riesgo, como en cualquier sitio, pero nos sentíamos seguros", insistía este estudiante. A esta posición se sumaba otra de las convocantes, Isabel González, estudiante de Traducción e Interpretación y miembro del Frente de Estudiantes, que además criticaba el perjuicio que suponía para los bolsillos de los universitarios esta situación.

"Esto supone una pérdida económica para muchos estudiantes que somos de fuera", manifestaba la joven, una crítica generalizada por gran parte del estudiantado universitario que durante estos días tendrá que seguir pagando sus pisos de alquiler, facturas y gastos por vivir en Granada, pese a no tener clase. Si bien, no es la única queja que reivindicaban los universitarios ya que, al igual que ocurrió el pasado marzo cuando se decretó el estado de alarma, consideran que aún no hay "suficientes medidas que garanticen realmente la calidad educativa en el sistema online".

Precisamente todas estas quejas, junto a otras, han sido recogidas en el manifiesto leído una hora antes de que comenzase, de forma oficial, una concentración a la que se han sumado aproximadamente 200 personas, según fuentes de la Policía Nacional y en la que se ha puesto también en evidencia la toma de decisión a espaldas, precisamente, de la comunidad universitaria.

"Toda la comunidad universitaria conoció la noticia a través de la prensa y no fue hasta antes de ayer [por el miércoles], a última hora de la tarde, con la publicación del BOJA cuando se comunicó definitivamente las medidas a tomar, generando incertidumbre entre el estudiantado y el profesorado", se exponía en el manifiesto, en el que se reiteraba que "en ningún momento se llegó a contactar con PDI, PAS o con el estudiantado, ni para tomar decisiones ni para informar de esta nueva medida tomada por el gobierno autonómico en coordinación con el Ayuntamiento de Granada".

El escrito también recogía la polémica que durante los últimos días no ha parado de circular y que, precisamente, ha dado lugar a una de las consignas reivindicativas "bares llenos y aulas vacías", y es que los universitarios aseguran no entender por qué no se ha tomado ninguna medida restrictiva para la restauración: "No se ha aprobado ninguna restricción para con los establecimientos de ocio nocturno y hostelería, donde, en muchas ocasiones, no se cumplen las medidas sanitarias apropiadas. Con esta decisión se hacen evidentes las prioridades del gobierno autonómico y local, priorizando el beneficio económico de la patronal hostelera sobre la salud y la calidad de la enseñanza universitaria", se aseguraba en el manifiesto.

Respecto al perjuicio económico de los universitarios y las deficiencias del sistema online, los convocantes indicaron que "más de la mitad de las estudiantes de la Universidad de Granada son de fuera de la misma provincia. Éstos, junto a muchos otros de la provincia de Granada que también alquilan pisos en la capital, nos hemos visto obligados a hacer contratos con una duración de 10 meses sin que la Universidad hubiera establecido un protocolo claro de adaptación al modelo virtual. Unos pisos precarios con unas malas condiciones y unos alquileres altos, viéndonos obligadas a continuar con las clases en unos espacios que no son ni mucho menos adecuados para ello".

Tras la lectura, la concentración se ha trasladado hasta la Gran Vía, donde han continuado los cánticos y gritos hacia la decisión de la Junta de Andalucía, la cual, según declaró a Granada Hoy el propio delegado del Gobierno andaluz en Granada, Pablo García, trata de "evitar la movilidad de la gente joven y que el virus no se propague de forma desaforada porque eso sí que nos hubiese provocado un gran problema".

García aseguró que de no tomarse esta decisión, la ciudad se vería abocada a un "mal mayor", que sería su cierre, por lo que consideró que "tomado unas medidas proporcionales", mientras que mantuvo que "no ha sido un ataque contra la universidad, sino que ha habido un sector poblacional, que es la gente joven, que se ha visto afectada por multitud de contagios expansivos durante las últimas semanas que había que parar".

Precisamente, la rectora de la UGR, Pilar Aranda, fue la primera que durante los últimos días mostró su desacuerdo con la decisión, pese a que, este jueves, asumió con resignación el cierre de las aulas: "Si con estas medidas Granada no se confina, las aplicamos".

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