Sanidad

El Centro de Salud de Bola de Oro encara su fase final

  • Las obras de construcción han acabado y se inaugurará en cuanto se equipe el edificio

  • El centro que ha tenido un retraso de 20 años y un presupuesto de 1,4 millones dará servicio a 16.000 vecinos del Camino de los Neveros

Lo que hace menos de un año era un edifico abandonado, un esqueleto de ladrillos con la fachada luciendo grafitis y puertas y ventanas tapiadas para evitar la entrada al complejo, hoy es una infraestructura que se acerca a la realidad que demandaban desde hace años los vecinos del Camino de los Neveros. El centro de Salud de Bola de Oro encara ya su fase final con las obras del edificio finalizadas. Para que se corte la banda de inauguración tan solo falta que el centro se amueble, llegue la tecnología y los profesionales.

El anterior gobierno de la Junta anunció que la ejecución de las obras de la última fase duraría 8 meses y fechaban el final de las mismas en el primer trimestre de este año. Promesa que por ahora se ha cumplido aunque aún no existe fecha clara de la puesta en marcha ya que aún no se ha recepcionado el centro, paso previo a equiparlo. 

El proyecto, que fue iniciado bajo el anterior gobierno de la Junta de Andalucía verá la reapertura bajo un nuevo signo político lo que deja la puerta abierta a que haya algún tipo de cambio en su planteamiento.El pasado verano, la Junta anunciaba que el nuevo recinto contaría con una inversión de más de 1,4 millones de euros se han llevado a cabo en varias fases y sobre un solar de 1.500 metros cuadrados. La estructura, que ya se construyó en el año 2011 y que se paralizó ese mismo año hasta hoy, tiene forma de U y tres pisos: un sótano, una primera planta y una segunda.

Próximamente, los 16.000 vecinos de la zona que han tenido que acudir a consulta en los centros de salud de Góngora y Mirasierra podrán por fin acudir a un recinto que cuenta con 20 años de historia desde que se cedieron los suelos hasta que ahora, el proyecto ve sus últimos meses de ejecución.

Los 16.000 vecinos que reciben asistencia sanitaria en Góngora y Miraflores han tenido que esperar 20 años para ver el final de las obras

El futuro Centro de Salud de Bola de Oro tendrá un total de diez consultas médicas y de enfermería, una de usos polivalentes para el área de adultos, dos más de pediatría. Además contará con seis boxes de diagnósticos, una consulta de extracciones, un área de cirugía menor con dos consultas y una sala de espera propia además de un área de educación sanitaria y todos los servicios de apoyo para la adecuada gestión, administración y dirección del centro. Además incorporará un aseo pediátrico y una sala de lactancia separado del resto de las instalaciones.

Según apuntaba la Junta cuando anunció esta fase final “el diseño del centro se realizó pensando expresamente en las necesidades de los pacientes y de sus familiares y atendiendo a términos de confort para el desarrollo y gestión del trabajo”. En este sentido, la planta baja acogerá en su parte central el área de atención al usuario, ascensores, aseos, mientras que la parte derecha será ocupada por la zona de pediatría y educación sanitaria. A la izquierda irá situada el área de cirugía menor y extracciones.

El Centro de Salud atenderá 50.000 consultas anuales de medicina de familia y 7.500 de pediatría

La primera planta del edificio acogerá las consultas para la asistencia a adultos, junto a sus correspondientes salas de espera y en el sótano se ubicarán las zonas de apoyo como la de residuos o los almacenes.Los datos que entonces manejaba la Junta, y que a priori no sufrirán cambios, preveían que el Centro de Salud Bola de Oro trabajando a pleno pulmón pudiera atender al año unas 50.000 consultas de medicina familiar además de unas 1.500 más a domicilio.

En el área de pediatría serían casi 7.500 y unas 30.000 consultas de enfermería in situ y otras 7.000 más a domicilio. La plantilla que diseñó el anterior gobierno de la Junta incluye a siete médicos de familia, siete enfermeras, un pediatra, un auxiliar de clínica y cuatro administrativos.

La cartera de servicios que se ofertará, adecuada al crecimiento previsto de la población, tendrá como principales prestaciones: consultas de medicina familiar y enfermería, consultas de pediatría y control del niño sano, vacunaciones, educación maternal, programa de la mujer, control de anticoagulación oral (sintrom) o vigilancia epidemiológica, entre otras.

Se trata de un proyecto que se vio paralizado en 2011 y resucitado el pasado verano, que han demandado desde hace años todos los partidos políticos de Granada. Desde el actual alcalde, Francisco Cuenca, cuando se encontraba en la oposición, hasta el PP de la capital, en boca de la entonces concejal María Francés, que en agosto de 2017 dedicaba unas duras palabras a la Junta de Andalucía por la demora y ponía en duda que el centro fuera a estar en funcionamiento en 2019.

En parte, esas sospechas estaban fundadas pues fue en 1997 cuando el Ayuntamiento cedió el solar del futuro centro de salud, ubicado entre las calles Cerro de los Machos y Las Dehesas. Una década después Granada conocería el anteproyecto para su construcción y el acuerdo para aceptar los terrenos, dos años más tarde, en 2009.

En 2010 fue cuando el proyecto comenzó a tener una base real: en septiembre de ese año comenzaron las obras para su construcción que contemplaban un plazo de 18 meses. La ilusión no se mantuvo ni nueve meses, ya que en mayo de 2011 el globo se pinchó cuando se paralizaron las obras del complejo.

Los vecinos contemplaron como se construía su propio mito de Sísifo: agotaron la vía de lo posible y se empezaron a acostumbrar a la vista de un espacio inacabado que año a año se deterioraría y asistiría a varios momentos de expolio de materiales, tal y como denunciaron en varias ocasiones los vecinos del Camino de los Neveros.

Los vecinos llegaron a denunciar en varias ocasiones que el abandono del edificio producía insalubridad además del robo de los materiales que quedaron allí

Quedó el 39% del total ya erigido, según los datos que proporcionaba la Junta, misma administración que no volvió a incluir el proyecto en sus presupuestos desde 2013. La estructura, o el esqueleto del complejo que quedaría luego abandonado durante 8 años, estuvo a cargo del arquitecto Jesús Navarro y la empresa constructora era Jarquil S.A.

En el proyecto, la empresa fechaba el presupuesto de ejecución en 1.377.626,05 euros y definía el espacio diciendo que “la organización interior se manifiesta al exterior haciendo gala de cierto hermetismo. Volumetría y materiales pretenden crear un edificio rotundo y claro, únicas características que pueden garantizar una cierta capacidad de imponerse en el diálogo con el entorno”. Años más tarde, la empresa que retomó el encargo y quien finalizará las obras son Añil Servicios, Ingeniería y Obras y la dirección de obra y ejecución es de Elap Arquitectos Ingenieros, SLP.  

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