La clave para comenzar a investigar el hecho como un homicidio fue la temperatura del cuerpo. Pero no fue la única señal que inducía a pensar que no fue un accidente de tráfico lo que le causó la muerte. Los fallecimientos de Encarni y su marido Manolo, una pareja muy conocida en Motril, sacudieron el municipio costero en mayo pasado por tratarse, en apariencia, de una doble tragedia con solo doce horas de diferencia. Ella habría perdido la vida en su coche, y él, agente de la Guardia Civil en Salobreña, se quitó la vida poco después en su piso.

Sin embargo, el suceso daba un giro importante después de saberse que el grupo de Homicidios de la Comandancia de la Guardia Civil de Granada y la Policía Judicial trabajaban con la hipótesis de que ella podría estar muerta antes de este incidente.

Las investigaciones comenzaron cuando los primeros informes sobre el accidente hicieron pensar a los agentes que podría ser simulado. El suceso se produjo cuando Manolo, que conducía el vehículo familiar, quiso en teoría evitar un obstáculo en la carretera, lo que le hizo dar un volantazo y provocó que el coche se saliese de la vía y cayese por un desnivel de unos tres metros. 

Durante la investigación del hecho en el lugar, la autovía A-44 a la altura de la salida de Cozvíjar, en dirección a Motril, se apuntó que el cuerpo de Encarni tenía una temperatura que no era compatible con una muerte en el acto. Estaba más frío que si hubiera fallecido a causa del accidente. Además, no había signos de que la colisión hubiera sido de tal gravedad como para ser la causa evidente del fallecimiento de la mujer.

Además, la investigación sostendría ahora que Manolo habría podido utilizar una barra de hierro para golpear el coche después del siniestro, para así dar la sensación de que el accidente había sido tan grave como para poder acabar con la vida de Encarni. Así al menos lo informaron los testigos que avisaron a Emergencias del accidente.

Tras el supuesto suceso involuntario, unas horas después, el hombre avisó a la familia de que iría a su domicilio a por ropa para las niñas. Ambos tenían dos hijas menores de edad. En su casa, se quitó la vida.

La autopsia realizada al cuerpo de la mujer revelaría poco después que la mujer murió por asfixia mecánica, estrangulada, antes de que el coche en el que apareció ya sin vida con su marido tuviera el accidente.

Todos estos hechos e investigaciones han acabado derivando en que, finalmente, se ha determinado que Encarni Muñoz fue en realidad asesinada, supuestamente por su marido, quien posteriormente se quitó la vida, según confirmaba este jueves la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. 

Con esta muerte, son ya 37 las mujeres que han perdido la vida a causa de la violencia de género este año en España y 12 en Andalucía.