Consejos para la dura vuelta al trabajo

Los especialistas recomiendan empezar a adaptar los horarios y la alimentación desde unos días antes de reincorporarse

El regreso al trabajo puede acarrerar síntomas parecidos a la depresión.
El regreso al trabajo puede acarrerar síntomas parecidos a la depresión.
L. García

26 de agosto 2011 - 01:00

Aunque hay mucha gente en paro y volver al trabajo es casi un privilegio en los tiempos que corren, no son pocas las personas que sufren el llamado síndrome postvacacional. Según los expertos es ese paquete de irritabilidad, cansancio, apatía, insomnio, falta de apetito y hasta malestar físico que se siente al volver al trabajo después del descanso veraniego. "Provoca que no se rinda al 100%", añade Marina Rodríguez, psicóloga del Hospital Quirón. Puede producirse porque se tengan problemas previos en el trabajo o porque se haga un viaje muy largo del que se vuelva el día anterior a la reincorporación. Pero la psicóloga indica que la causa fundamental es el cambio del biorritmo que suponen las vacaciones. "Nos acostamos más tarde, dormimos siesta, tomamos algunas copas con los amigos. Por eso, la forma de combatir este síndrome postvacacional es normalizar la comida, el sueño y los horarios tres o cuatro días antes de volver al trabajo", aconseja la psicóloga. Lo ideal es que durante esas jornadas, los ajustes se hagan de manera progresiva para que el cuerpo se vaya adaptando al ritmo que tendrá en los próximos once meses.

La psicóloga asegura que el síndrome postvacacional, aunque es un cuadro leve, no es un mito y que en algunos trabajadores llega a afectar el nivel de rendimiento laboral. "Habitualmente es un ajuste que se produce de forma normal porque las personas tienen suficientes herramientas para poder superarlo", afirma la especialista. No obstante, en caso de que se sientan síntomas parecidos a los de una depresión, Rodríguez recomienda consultar a un psicólogo. En todo caso, superar el bache lleva una semana o poco más. "Puede tardar más o menos según el trabajo y el tipo de vacaciones, pero al final de la primera semana de la reincorporación al trabajo ya debe estar normalizada la situación", indica la especialista. Romper la rutina de once meses de trabajo con un merecido descanso es saludable para cargar las pilas. El problema es que el biorritmo después quiere seguir de vacaciones.

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