Un Corpus atípico en Granada: de las calles al interior de la Catedral
Fiesta
La Iglesia adapta la procesión a las normas por el coronavirus en una fiesta que ya pasará a la historia
600 personas han asistido a la celebración
Habrá un funeral por las víctimas del coronavirus el 30 de junio
Granada está de Corpus, aunque no lo parezca. Con el coronavirus se suspendió la feria y la procesión pero la entrada en la fase 3 permitió relajar las medidas y se han reordenado los actos en este día, que tampoco es festivo por el traslado al 15 de septiembre aprobado por el Ayuntamiento.
Pero en el interior de la Catedral la celebración litúrgica sí se ha podido celebrar. La procesión este año no ha recorrido las calles de la ciudad bajo toldos, frente altares y sobre un manto de juncia y mastranzo, pero se ha celebrado de forma adaptada bajo las naves de la Catedral.
Desde primera hora ya había gente en los accesos a la Catedral, que sigue manteniendo las medidas de seguridad y distancia social que reducen su aforo. Con mascarilla y protección, los fieles fueron ocupando sus bancos. La eucaristía comenzó a las 10:00 de la mañana y después ha habido un rezo de una hora santa. El arzobispo ha anunciado que habrá una misa funeral por los fallecidos durante la pandemia el 30 de junio a las 20:00 horas.
También representación de la corporación municipal, que no ha faltado a la tradición como cada año. De hecho, se decidió que durante el día de hoy también la Tarasca, vestida de sanitaria en homenaje a los héroes del coronavirus, y los gigantes y cabezudos, también estén hoy en la Plaza del Carmen como lo hicieron ayer, día en que tendría que haber salido el desfile. Y hoy también, pues se sumaba al cortejo religioso de la Custodia, por lo que habrá otra oportunidad para verla.
Entre las representaciones también estaba el presidente de la Diputación, José Entrena, y otras autoridades civiles y militares.
En el interior de la Catedral, con la ceremonia requerida en este día importante para la Iglesia, el arzobispo de Granada, Javier Martínez, ha celebrado la eucaristía. La procesión ha recorrido la nave central y el paso, con la Custodia de Isabel la Católica y sobre andas de plata, ha sido portado por cuatro costaleros. También presencia de sacerdotes de la provincia en esta tradicional celebración, eso sí, todos con mascarilla.
En total, 600 fieles, que es el aforo permitido en la situación de fase 3 de desescalada, con la concelebración de una treintena de sacerdotes.
Una imagen que ha trasladado a siglos atrás y que este 2020 será también histórica con un Corpus de puertas para adentro.
En su homilía el arzobispo ha hablado “del amor como corazón de la fiesta del Corpus, fruto del amor infinito de Dios y siembra de ese amor en nuestras vidas”. “Cuántos gestos de amor se han vivido, incluso entre personas no practicantes o no creyentes”, señaló. “Estamos hechos para el amor, el Espíritu del Señor lo hace aflorar donde quiere”, explicó Javier, quien agradeció la entrega de tantas personas en este tiempo de pandemia, como los sanitarios en su conjunto o profesores, por mencionar algunos, pero extensibles también a muchas personas anónimas que se han unido para colaborar en lo que estaba en su mano en este tiempo de sufrimiento.
En el contexto actual de pandemia, el arzobispo instó “a no olvidar lo bueno y bello que hemos vivido estos días, en los que ha aparecido lo mejor (y lo peor también en algunos caso), pero el amor del Señor es infinitamente más grande”. “Ahora nos toca en la vida ordinaria, en lo que se llama la ‘nueva normalidad’, quiera Dios que sea lo más normal posible, pero va a haber mucho sufrimiento, muchas personas necesitadas”. Ha recordado a las organizaciones dedicadas a mitigar esa necesidad, pero ha invitado a los fieles a implicarse en las necesidades de quienes tengamos más cerca, porque “el amor sólo funciona cuando es capilar, cuando es la forma de vida de un pueblo”. En este sentido, ha recordado el trabajo de distintos monasterios y parroquias de la diócesis, con implicando de todo el pueblo, colaborando para hacer batas y mascarillas en los momentos más duros de la epidemia. “Quiero agradecer todos esos gestos y a todos los que han contribuido de un modo o de otro en este tiempo que ha sido especialmente difícil para tantas personas”. También ha recordado a quienes han fallecido y quienes sufren como consecuencia de la pérdida de seres queridos.
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