El baby boom que se preveía tras el confinamiento de la pandemia de Covid ni está ni se le espera, al menos en Granada. Los datos definitivos de la Estadística del Movimiento Natural de la Población, referidos a 2021, que acaba de hacer oficiales el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) muestran cómo la irrupción del coronavirus y, especialmente, el primer estado de alarma, no se tradujeron en un aumento de la natalidad en la provincia.

El pasado año nacieron 7.083 personas en la provincia, mientras que en 2018 fueron 7.441. De esta forma, la provincia sigue con la caída de alumbramientos que venía experimentando en los últimos años. Así, con los datos del pasado año, la natalidad ha caído un 48% desde 1975, último año incluido por el IECA en su informe. 

De los nuevos granadinos de 2021, poco más de la mitad (3.578) son hombres, mientras que el resto (3.505) son mujeres, unas cifras que, a priori ponen en duda las últimas estimaciones de población del INE, que preveían una Granada femenina en 2037. 

Por edad de la madre, la mayoría de nuevos alumbramientos fueron realizados por mujeres con una edad comprendida entre los 30-37 años, que suponen más de 3.600 nacimientos en el pasado año o lo que es lo mismo, el 51% del total. 

Atendiendo a los datos del IECA resulta curioso que aunque no tengan hijos, los matrimonios sí siguen aumentando tras el Covid-19, aunque esto podría deberse a un efecto tapón tras las cancelaciones de los primeros tiempos de la pandemia. Así, si en 2019 pasaron por el altar 3.185 parejas, en 2020 solo fueron 1.503 y el pasado año, 2.851, una cifra que sin duda supone un ascenso, pero que dista mucho de los 3.057 que se produjeron en 2018. 

El IECA también permite observar el porcentaje de matrimonios de distinto sexo que se produjeron, una cifra que es más interesante por lo contrario, por saber cuántos matrimonios LGTBI se realizaron en la provincia. De esta forma, apenas un 3% de los "sí, quiero" de 2021, una cifra muy similar (apenas varían unas décimas) al que se registraba hace ahora cuatro años. 

Observando los datos, resulta curioso que la mayoría de matrimonio en 2021 tenían la misma edad (337) o un año de diferencia (502), aunque hay un grupo de bodas entre las que había diez o más años de diferencia entre ambos cónyuges (232). Por poner un ejemplo, en 2021 se produjeron dos bodas en las que el cónyuge 1 tenía entre 45 y 49 años, mientras que el cónyuge 2 tenía entre 25 y 29. También hubo un matrimonio en el que uno de los cónyuges tenía entre 40 y 44 años, mientras que el otro tenía entre 15 y 19, según los rangos de edad que ofrece el IECA.

El instituto andaluz también indica que, del total de matrimonios de 2021, un 11% tenían al menos un miembro de nacionalidad extranjera, mientras que apenas un 1,2% tenían los dos miembros no españoles. 

Aumentan las defunciones

Los datos del IECA también vuelven a constatar otras de las tendencias poblacionales de la provincia, el número de defunciones es superior a los nacimientos, una tendencia que con los picos de mortalidad del Covid-19 se ha incrementado notablemente. 

De esta forma, en 2020 fallecieron 9.599 personas frente a las 7.997 de 2019, lo que supone un aumento del 16,7%. Al mismo tiempo, la campaña de vacunación y demás medidas para frenar el avance del coronavirus han conseguido frenar su mortalidad, pues en 2021 fallecieron solo 8.767 granadinos, algo que se empieza a acercar más a las anteriores a 2019.

Echando la vista atrás, los fallecimientos en Granada siguen el camino inverso a los nacimientos, pues desde los 6.097 muertes que notificó el IECA en 1975 se ha producido un aumento superior al 43% hasta llegar a la cifra registrada en 2021.

Desglosados por años, la mayor mortalidad se produjo a partir de los 75 años. De hecho, en el grupo de edad de 70-74 años fallecieron 694 personas, mientras que en el grupo siguiente (75-79) fueron 1.034, una cifra que sube paulatinamente hasta alcanzar su pico en los 85-89 años (1.844). 

Por sexo y estado social, la mayoría de hombres fallecidos estaba casados (2.568, 57%) mientras que en las mujeres fueron viudas (2.654, 61%). 

Como consecuencia del aumento de defunciones y la caída de la natalidad, provoca que la provincia tenga un saldo vegetativo negativo, lo que condena a la pérdida de población y que ocasione que en el futuro, según las previsiones del INE, sea principalmente no granadina, y provenga de otros puntos geográficos, principalmente de otras provincias, pero también de fuera de España.