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Crónicas marcianas: el día en el que la calima escondió Granada bajo el polvo sahariano

Una pareja, en el Mirador de San Nicolás, apenas puede divisar la Alhambra

Una pareja, en el Mirador de San Nicolás, apenas puede divisar la Alhambra / Antonio L. Juárez (Photographerssports)

¿Era Granada o era Marte? La masa de aire procedente del desierto del Sáhara, con partículas de arena en suspensión, ha dado lugar al fenómeno denominado como calima. Un efecto meteorológico que no es extraño en la Península Ibérica ni en Granada, pero que nunca se había producido con la virulencia y excepcionalidad como que el que se vivió ayer y se seguirá viviendo hoy en la provincia. El polvo en suspensión no ha causado grandes problemas logísticos y de movilidad, pero sí ha obligado a activar a todos los ayuntamientos granadinos a realizar una serie de recomendaciones de salud ya que los índices de partículas en el aire superaba en todos los puntos los umbrales admitidos por la Organización Mundial de la Salud, invitando a los ciudadanos a no salir de casa más que a lo imprescindible y hacerlo con mascarilla, además de recomendar no efectuar actividades deportivas al aire libre.

Los índices de estaciones medidores situadas en algunos puntos de la provincia ya registraban niveles de contaminación alarmantes para la salud de las personas antes de que se empezase a cubrir aún más el cielo de polvo sahariano, que empezó sobre todo a descender desde la atmósfera a la una del mediodía de ayer como marcaban las previsiones. Ya en una situación previa a eso los niveles en las mediciones de Granada capital estaban en 90,55 microgramos por metro cúbico en la Ciudad Deportiva del Granada CF, entre Almanjáyar y Parque Nueva Granada, de 66,91 en la zona Norte, y 52,43 en el Palacio de Congresos, mientras que en la estación de Motril estaba en 92,07, en registros tomados a las 12:00, 10:00, y 11:00 horas de ayer. La media diaria de partículas en suspensión PM10 no debe superar los 45 microgramos por metro cuadrado, cifra superada ampliamente antes del pico y agravada horas más tarde. De hecho, ayer por la mañana España se convirtió en la país más contaminado del planeta por este tipo de circunstancias.

Este récord se reflejó en la provincia, que a última hora del martes presentaba las mayores cifras. Así, con datos actualizados hasta las 20:00 horas, el PM10 en el Palacio de Congresos se encontraba a 987 microgramos, siendo el registro más alto, y muy cerca estaban la Ciudad Deportiva (815) y la zona Norte (810). En cuarto lugar estaba Motril, que una hora antes marcaba 300 microgramos, pero que a las 20:00 escaló hasta los 636.

Altas incluso sin calima

En Granada capital, la concentración de estas partículas debido a la alta contaminación hay días que, sin calima, los supera. Por ejemplo, en los datos de la estación de meteorológica de Granada Norte, el pasado 4 de febrero, se llegaron a medir 53,52 microgramos por metro cuadrado. La calima es una masa de aire que se caracteriza por extremadamente seca y con abundante concentración de arena que se forma en el desierto del Sáhara, y que se ha visto agravada por la coincidencia con la borrasca Celia, una situación de baja presión que está levantando el polvo desde el norte de África e inyectándolo hacia la Península.

Muchos ayuntamientos de la provincia emitieron recomendaciones a sus vecinos para tratar de que los ciudadanos se expusieran el menor tiempo posible a esta circunstancia ambiental, y que si lo hacían llevaran siempre la mascarilla puesta. Y es que la calima tiene implicaciones directas en la salud de las personas, sobre todo en aquellas con afecciones respiratorias, y que ya deben tener cuidado de por sí frente al coronavirus.

La calima puede irritar las vías respiratorias y causar problemas circulatorios, sobre todo a las personas propensas a sufrir este tipo de problemas de salud. "Lo que se genera son altos niveles de concentración de las partículas PM10, que pueden afectar seriamente a la salud", ha advertido el profesor de la Escuela de Salud Pública, Joan Carles March a Granada Hoy. "Sus partículas son capaces de entrar por las vías respiratorias y si se acumulan pueden provocar problemas respiratorios, como bronquitis", añade March, que recuerda que puede ocurrir que una persona con una enfermedad respiratoria como "EPIC o asma" note un "empeoramiento de la misma mientras permanezca la calima".

También ha recordado que, aunque en menor medida, "la aspiración de partículas sólidas puede generar respuestas inflamatorias en el sistema circulatorio", y que estas "pueden empeorar la sintomatología de enfermedades cardiovasculares crónicas". Por ello, el profesor de la EASP recomienda "reducir toda la actividad al aire libre o posponerlas para cuando la calidad del aire sea razonablemente buena, así como el uso de protección adecuada para los trabajos que deban ser realizados al aire libre".

Además, ha añadido que "es más dañino si haces deporte en la calle". Por ello, el profesor recomienda evitar en lo posible salir a la calle y que, en el caso de hacerlo, usar mascarilla como se ha hecho durante la pandemia de coronavirus. Una enfermedad que, para March, no tiene por qué agravarse con un repunte debido a este episodio de calima por la corta duración del mismo. 

Luego estaba el lado lúdico de un fenómeno tan peligroso como estético, o extraño. Desde primera hora de la mañana las redes sociales se llenaron, como ya lo venían haciendo desde el lunes en diferentes provincias como Almería y Murcia, de fotos y vídeos grabando e inmortalizando un momento que se caracteriza por teñir de naranja el cielo, y que embarró a causa de la lluvia muchos coches de la provincia.

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