Cuadrillas especializadas esquilman el monte en la campaña de setas

La Guardia Civil ha decomisado unos 2.000 kilos de hongos destinados a la venta

Se organizan en campamentos que luego abandonan.
Arantxa Asensio Granada

01 de diciembre 2013 - 01:00

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha decomisado a lo largo de la campaña de recolección de setas unas dos toneladas de hongos recolectados ilegalmente. Según fuentes del Instituto Armado, esta temporada se ha detectado la presencia de cuadrillas organizadas dedicadas a la recolección de forma intensiva de este alimento, lo que supone por un lado un daño al entorno y, por otro, un delito relacionado con la seguridad alimentaria.

Según las mismas fuentes, estas cuadrillas han actuado en distintos puntos de la provincia, sobre todo en municipios de Sierra Nevada. Se han detectado incluso campamentos provisionales en los que pernoctarían estas cuadrillas, para recoger el máximo en el menor tiempo. Arrasan con todo lo que encuentran y, de este modo, dañan el terreno -llegan a hacer incluso fuego en el campo- y esquilman la zona, donde difícilmente podrán crecer setas el próximo año.

Desde la Guardia Civil se señala que la recolección a título particular de este alimento no supone ningún problema -"No se causa daño si se hace bien"- pero sí lo hay cuando quienes recogen setas dañan el mantillo, arrancan los hongos o, por ejemplo, no emplean cestas de mimbre -que facilita que, una vez recogidas, las setas dejen las esporas y se permita su reproducción-. Si a esto se le une los residuos que dejan (como los colchones que se pueden ver en las imágenes cedidas por el Seprona) el perjuicio medioambiental se duplica.

Aparte de este aspecto, las setas recogidas de forma masiva no garantizan que no se 'cuele' alguna que no sea comestible. Para hacerse una idea de la cantidad de hongos que se es capaz de recoger una de estas cuadrillas, el Seprona indica que en algunos casos se han localizado partidas de hasta 250 kilos. Las personas implicadas en estas recolecciones no cuentan con autorización y los alimentos que recogen carecen de ningún tipo de control o documentación que sirva de garantía para el consumidor de que lo que consume cumple con la normativa.

Al no poder justificarse el lícito origen del alimento -y tras comprobarse que va destinado a su consumo alimentario- se decreta la destrucción de las setas incautadas. También se intervienen las herramientas utilizadas y a los implicados se les impone una sanción administrativa.

En cuanto a las especies más buscadas, la estrella es el níscalo. Se trata de una de las 33 especies que recoge el Real Decreto 30/2009 por el que se establecen las especies que pueden destinarse a uso alimentario. La misma norma señala que las setas deben estar "correctamente identificadas" y "haber sido cortadas mediante un corte neto", algo que, normalmente, no respetan los que van a saco.

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