La crisis del coronavirus

Decálogo de salud mental para sanitarios

  • El Colegio de Psicólogos de Andalucía Oriental ha elaborado una serie de consejos para ayudar a los profesionales a sobrellevar las situaciones de estrés

Decálogo para la salud mental de los sanitarios

Decálogo para la salud mental de los sanitarios / Antonio L. Juárez/Photographers

Pocos serán los valientes, y estarán mezclados con algún insensato de los que se saltan las medidas impuestas por las autoridades sanitarias, que estén llevando la crisis del coronavirus sin ninguna preocupación. Pero una cosa es el estrés que puede generar la situación de incertidumbre de los que están confinados en sus casas y otro muy distinto el que tienen que afrontar los sanitarios que están en primera línea del frente exponiéndose al contagio y afrontando las consecuencias con medios limitados.

Para ellos, para todo el colectivo de sanitarios el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental (COPAO) ha preparado algunas orientaciones a fin de compensar el impacto psicológico negativo de este contexto. Estas recomendaciones están basadas en un sondeo realizado sobre las situaciones reales que están vivenciando estos profesionales y en su redacción ha participado un equipo de expertos tanto del ámbito de la psicología clínica como de la psicología de la intervención social.

En primer lugar, ante el sentimiento de vulnerabilidad física y emocional, el sanitario debe permitirse tomar contacto con esa emoción y tratar de no invertir esfuerzos en controlarla o evitarla. Lo importante es centrarse es seguir actuando con esa emoción, no contra ella.

En segundo lugar, ante la incertidumbre y miedo al propio contagio y el de seres querido se recomiendan aceptar que se trata de una situación excepcional con algunas variables sobre las que no se puede ejercer control. Sugieren centrarse en la gran cantidad de destrezas y competencias con las que cuentan y que hacen posible minimizar los riesgos. Hay que focalizar la atención en aquellos comportamientos que ayudan a minimizar el riesgo.

Ante el miedo al contagio, hay que focalizar la atención en aquellos comportamientos que ayudan a minimizar el riesgo

El punto tercero se centra en el miedo a no poder cubrir todas las necesidades de atención por falta de medios y tiempo. La recomendación es concentrarse en lo que se puede hacer de forma eficaz. El sentimiento de autoeficacia permite afrontar con positividad las labores que sí se pueden ejecutar.

La cuarta cuestión aborda el agotamiento emocional por la sobrecarga de trabajo en condiciones extremas. Se aconseja valorar en qué medida esto está influyendo sobre la ejecución de tareas, pues a veces es más efectivo realizar cortas paradas de desconexión para poder retomar después el trabajo con mayor eficacia.

El quinto consejo trata de dar respuesta a la sobrecarga de situaciones estresantes. Lo mejor, según el decálogo del COPAO, es dirigir la atención hacia lo que se está haciendo en ese momento. Por eso, además de reconocer los propios límites, es importante en los momentos de ocio procura realizar actividades que no guarden relación con el trabajo y que sean divertidas.

Si a pesar de todo ello se sienten síntomas de un ataque de pánico, la sexta medida propuesta es saber que en esos momentos no se tiene la capacidad de control sobre lo que está ocurriendo. Las sensaciones pueden ser muy desagradables, pero son pasajeras. El pico de los ataques de pánico se suele producir entre los 10 y 20 minutos después de notar los primeros síntomas y puede llegar a durar hasta dos horas (aunque generalmente es bastante más breve).

Ante sentimientos depresivos, el punto siete sugiere tratar de comprenderlos y contextualizarlos en las duras circunstancias que se viven. El sanitario debe tratar de descansar las horas necesarias y, dentro de las posibilidades, hacer actividades que resultaban de interés, independientemente del estado de ánimo.

La octava sugerencia hace referencia a la interacción social con compañeros. La indicación es demostrar que resultan importantes las personas con las que se está interaccionando e incluir con frecuencia palabras como ‘compañero’ y ‘equipo’. Actuar de forma colectiva debe prevalecer sobre las individualidades. En la relación entre equipos directivos y las personas a su cargo han de diseñarse acciones de cuidado mutuo, así como fomentar la percepción de pertenencia y valoración adecuada de la ejecución. Es preferible orientar que realizar juicios de valor sobre la ejecución porque la toma de decisiones en una situación de crisis siempre va a llevar emparejado que se produzcan equivocaciones.

En noveno lugar, ante la interacción con las personas a las que se atiende, recomiendan mostrar de forma clara con el comportamientos que se está escuchando al paciente. Tranquilizar de forma realista, evitando el uso de frases del tipo “todo va a ir bien” o “mantenga la calma”, ya que no son realistas ni eficaces en este contexto. Es preferible el uso de frases como: “Entiendo sus miedos y estamos trabajando para ofrecer la mejor atención posible”.

El último consejo del decálogo hace referencia a la valoración de la propia ejecución. Una estrategia efectiva que puede ayudar a compensar el impacto psicológico de la situación es hacer una puesta en valor consciente del reconocimiento social que el colectivo sanitario está teniendo por parte de la ciudadanía, así como de la importancia vital del propio trabajo para superar esta situación de crisis.

“Es importante destacar que el hecho de que no estés manifestando una importante carga emocional negativa no tiene nada que ver con tu nivel de ejecución y esfuerzo; cada persona tiene sus propias fortalezas y destrezas para gestionar las emociones”, concluye el decálogo del COPAO.

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