Granada

"Decía que su esposa y sus hijos querían envenenarle"

  • Juan Huertas, amigo de Miguel López, relata que éste padecía un trastorno de salud mental por el que recibía tratamiento

"Llama a la Guardia Civil y a mi hijo Julio, que he matado a mi mujer. Le he dado tres tiros, dos en la cabeza y uno en el pecho con una pistola que compré hace dos días". Con estas palabras, Miguel López, conocido como 'el Ico', confesaba a su amigo Juan Huertas el crimen que supuestamente acababa de cometer .

Desde "hace unos siete u ocho meses", el presunto parricida "estaba en tratamiento", aunque -en palabras de Huertas- "en muchas ocasiones dijo que no se tomaba las pastillas e incluso me las mostraba". El propietario del bar Pepín, donde a diario acudía Juan en varias ocasiones, valoró que éste "estaba obsesionado con la idea de que su mujer y sus hijos querían envenenarle" y decía que "le pinchaban por las noches". Siempre decía que "todos estaban en su contra" y que "le querían poner tonto y loco".

"Fue por celos; eso es lo que Miguel le ha declarado a la Guardia Civil. Cuando yo bajé al bar, le puse un café y le pregunté que por qué lo había hecho, pero él sólo me dijo que porque tenía que hacerlo", aseguró Huertas.

Según explicó, el presunto autor de los hechos "estaba aparentemente bien", "muy poco nervioso" aunque "con mal color de cara". No llevaba ningún arma, estaba "limpio" y le dijo que lo había hecho "con una pistola". Sin embargo, cuando en cuanto entró la Guardia Civil al establecimiento y le puso las esposas, "rompió a llorar".

Según le contó a Huertas el hijo del matrimonio, María "estaba vestida porque tenía que desplazarse a Granada para una cita médica". A las ocho menos diez salía el autobús que iba a tomar junto a su marido, "vestido de chaqueta".

"El pueblo está hecho polvo porque él no era malo, no era una mala persona, ni violenta. Miguel era un hombre normal y buena gente, al igual que María. Creo que a Miguel le habrá dado algo, no lo sé. La cosa estaba un poco tirante y a veces ella se iba con una hija que vive en Madrid", indicó Huertas, al tiempo que relató que el matrimonio era "muy querido" en el pueblo y había trabajado mucho para sacar adelante a sus siete hijos, "todos universitarios".

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